EL LUCHO CHOU
Acto 2º
:
EL AGUA VIENE CALIENTE
Yo creo haber cansado bastante (no a mi, yo no me cansare jamás) a quienes me honran al leerme, cuando repito que Mar del Plata, por error, por ceguera, por angurria, ignorancia o estupidez, nos dejo sin baños de agua a caliente de mar (talasoterapia) en los Balnearios de la Playa Bristol, en el Hotel Provincial y hasta en el natatorio del Hotel Royal, frecuentado por mi, y también por mis hijos(ya adultos).
Y cuando –lamentablemente la población parece haberlo olvidado) tuvimos TERMAS, si termas, en funcionamiento, incluso con la provisión, envasado y comercialización de “Agua Mineral” ahí nomas, en pleno Barrio Puerto.
Como un simple ejercicio de “investigación de campo” he realizado consultas entre jóvenes – y no tan jóvenes- residentes marplatenses respecto a si saben, por que, un barrio populoso de la ciudad lleva un nombre “raro”: El de “Termas Hinco”.. Nombre que lleva, también, una Sociedad de Fomento y un populoso “Club de Jubilados”.
La respuesta es simple. Tuvimos allí ( y abajo aun esta) un efluente de “Agua Termal” en funcionamiento, con instalaciones –para la época- adecuadas para recibir visitantes, realizar tratamientos, con aguas surgentes a adecuada temperatura, con análisis de su contenido mineral equivalente a las mejores del país, y por su ubicación, a minutos de la pimpante y de moda “Mar del Plata” un, como se dice ahora “valioso producto” que enriquecía el macro producto que se consolidaba como “balneario de elite”.
Basta entrar a Internet, teclear “termas Huinco” para encontrarnos, por ejemplo, con esto:
UN PRESENTE CON MUCHA HISTORIA
Mons. Enrique Rau (TT)
“Es común ver durante el verano en nuestra ciudad, gran cantidad de turistas que recorren los paseos más clásicos; el puerto, con sus clásicas lanchitas amarillas es una visita obligada que la disfrutan tanto adultos como niños, la banquina de los pescadores artesanales, es un pintoresco paseo para el turista y la fuente de trabajo de muchas familias que forman parte de nuestra comunidad. Muy cerca de la banquina, encontramos nuestra escuela: “Huincó” Monseñor Enrique Rau, lleva en su nombre dos distintivos que la hacen muy particular: el nombre de su fundador, quien además fue el primer obispo de Mar del Plata: Monseñor Enrique Rau y “Huincó” que significa “aguas claras” característica del lugar, ya que nuestro barrio se llama “las termas de Huincó” . En los años 40-50, todo lo que hoy es el colegio y sus alrededores, fue un gran parque con manantiales de agua surgente. Muy cerca del actual edificio, funcionaba un establecimiento de agua mineral que embotellaba y la distribuía hacia Capital Federal. En la estructura misma del colegio, funcionaba un hotel de descanso, un SPA, en palabras de hoy, alli los manantiales eran explotados también como baños termales, famosos en aquellos años por sus propiedades curativas. Muchas personalidades de nuestro país recorrieron las instalaciones del hotel, hoy nuestra escuela, haciendo uso de las bondades de las aguas termales. Dentro de ella todavía encontramos alguna piscina interna, como testigo de aquella época, también en el frente de la escuela se conservan todavía algunas construcciones originales de lo que fue el hotel.
“Es común ver durante el verano en nuestra ciudad, gran cantidad de turistas que recorren los paseos más clásicos; el puerto, con sus clásicas lanchitas amarillas es una visita obligada que la disfrutan tanto adultos como niños, la banquina de los pescadores artesanales, es un pintoresco paseo para el turista y la fuente de trabajo de muchas familias que forman parte de nuestra comunidad. Muy cerca de la banquina, encontramos nuestra escuela: “Huincó” Monseñor Enrique Rau, lleva en su nombre dos distintivos que la hacen muy particular: el nombre de su fundador, quien además fue el primer obispo de Mar del Plata: Monseñor Enrique Rau y “Huincó” que significa “aguas claras” característica del lugar, ya que nuestro barrio se llama “las termas de Huincó” . En los años 40-50, todo lo que hoy es el colegio y sus alrededores, fue un gran parque con manantiales de agua surgente. Muy cerca del actual edificio, funcionaba un establecimiento de agua mineral que embotellaba y la distribuía hacia Capital Federal. En la estructura misma del colegio, funcionaba un hotel de descanso, un SPA, en palabras de hoy, alli los manantiales eran explotados también como baños termales, famosos en aquellos años por sus propiedades curativas. Muchas personalidades de nuestro país recorrieron las instalaciones del hotel, hoy nuestra escuela, haciendo uso de las bondades de las aguas termales. Dentro de ella todavía encontramos alguna piscina interna, como testigo de aquella época, también en el frente de la escuela se conservan todavía algunas construcciones originales de lo que fue el hotel.
La propiedad perteneció a una numerosa familia italiana que tenía su finca en los límites del hoy barrio Termas de Huincó, dentro de lo que en aquel entonces se llamaba el Pueblo de Pescadores (el puerto de Mar del Plata) en aquellos años. La visita a las termas era tan obligada, como lo es hoy la plaza del milenio. Con el correr de los años, la urbanización del lugar, la instalación de pozos de agua para el abastecimiento, fue extinguiendo los manantiales y las napas subterráneas hasta que dejó de funcionar el hotel.”
En realidad, lo que sucedió fue que la proliferación de loteos, la explotación de la tierra para viviendas familiares de una creciente población portuaria hizo que los manantiales naturales, además de contaminarse con “pozos ciegos” (sin cloacas), a fin de seguir “urbanizando”, se taponaran adrede los efluentes con piedras, ramas y residuos urbanos, hasta conseguir que el “agua termal” dejara de fluir a la superficie, pero siguiera, en su cause subterráneo, su camino geológico.
Pero que el agua termal sigue pasando por allí, lo saben – y me lo han dicho- damas y caballeros del Club de Jubilados, que cuentan que, aun hoy, sientes vibraciones subterráneas producto del movimiento teutónico, y les aparecen rajaduras en los cimientos de sus casas, edificadas sobre el relleno artificial de una “terma viva”.
Y como siempre hay escépticos, invito a quien quiera visitar el Museo del hombre del Puerto:.
“(El Museo del Hombre del Puerto fue creado en 1990, en su sede de calle Padre Dutto, y desde el 2001 funciona en el Centro Comercial del Puerto de Mar del Plata. Su principal objetivo es rescatar el acervo cultural e histórico del puerto, para preservar a las futuras generaciones los nombres, hechos históricos y anécdotas que se vinculan al origen del primer asentamiento en el lugar, su crecimiento y desarrollo hasta constituir la actual comunidad portuense.
Biblioteca, hemeroteca, videoteca, archivo de voces (cerca de 160 horas de grabación de entrevistas con pescadores históricos), registro de familias y de historia de instituciones, monumentos y patrimonio arquitectónico. Cuenta con servicio educativo para escuelas pudiendo realizar visitas guiadas y utilizar el archivo)” (tomado de Internet)..
Biblioteca, hemeroteca, videoteca, archivo de voces (cerca de 160 horas de grabación de entrevistas con pescadores históricos), registro de familias y de historia de instituciones, monumentos y patrimonio arquitectónico. Cuenta con servicio educativo para escuelas pudiendo realizar visitas guiadas y utilizar el archivo)” (tomado de Internet)..
Alli encontrara, como yo lo hice, un libro de visitas de “Ilustres” que concurrían con sus carruajes a darse baños termales, resultados de los análisis de las aguas, fotografías de la planta embotelladora del agua mineral, fotos del complejo (Hoy escuela dependiente de Obispado local) y muchos testimonios de lo que fue una “Terma marplatense” que sin dudas podría rehabilitarse a muy poco costo, devolviéndole a la ciudad un “producto” ideal para pelear con la temida y real ”temporalidad”..
Y cuando Antonio Torrejón, en su alocución ya comentada, expreso que “El principal enemigo del turismo es la estacionalidad” no pude menos que maldecir la ceguera, ignorancia y canibalismo de quienes, aprovechado el valor creciente de los lotes y tierras circundantes, taponaron, desviaron, enterraron las termas. Taparon con basura a la gallina de los huevos de oro.
Para mas datos, tuve el honor de ser amigo de José Ibáñez, reconocido hombre de familia y tradición portuense, fundador de la” Fiesta” que lleva su nombre.
( En el año 2005 se promulgo la Ordenanza Nº 16608, mediante Decreto Nº 049 de fecha 07 de enero, que la misma impone el nombre de JOSE IBAÑEZ, al escenario de la PLAZA ITALIA, lugar donde se realiza la Fiesta)
Además, José Ibáñez fue autor del libro “El puerto que conocí” donde relata. con detalle, personas ,lugares y hechos del “barrio Puerto” de antaño-.
José me contaba que, siendo niño, “trabajaba” de cuida coches” en la puerta de las Termas, ateniendo los carruajes de quienes concurrían a darse sus baños terapéuticos. Y fue el quien me dijo que: “las termas desaparecieron por que “era entonces mas negocio lotear y vender lotes, que explotar el agua caliente”.
Continuara
Próxima nota:
“AL NORTE, EL SUR Y EL OESTE
NOS TAPAN DE AGUA CALIENTE”
No hay comentarios:
Publicar un comentario