A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 18 de diciembre de 2012

OSTENDE, BALNEARIO CON IDENTIDAD PROPIA



Por Analia Melgar
Para algunos, es apenas la continuación de Pinamar. Para otros, es un balneario con identidad propia que, en su calma y estilo relajado, contrasta con el exitismo y el espíritu de modelaje que reina, sobre todo desde hace una década, en Pinamar. Se llama Ostende, nombre dado por Ferdinand Robette y Agustin Poli, sus fundadores belgas, en honor a la otra Ostende, a orillas del Mar del Norte.
Ostende tiene grandes extensiones de arena, dunas y playas donde todavía cabe una lona más donde tirarse a tomar un mate al atardecer. A medio camino entre Pinamar y Valeria del Mar, tiene un estilo algo familiar, en el que además se adivina un aura intelectual, introvertida, meditabunda, algo entre exclusivo, distinguido y melancólico que, otra vez, contrasta con el bullicio frenético de Pinamar.
Los hoteles de la zona generalmente son manejados por sus dueños, que son familias, lo mismo que los pequeños comercios donde comprar el pan, pastas frescas, productos de almacén o el lavadero. Las pequeñas casitas, muchas de construcción sencilla, son buenos refugios para alquilar en verano; y para los ojos curiosos, desde la playa puede verse una edificación inconfundible: una roja casa pergeñada por la imaginación de Clorindo Testa. Así, Ostende está hecho para descansar, leer, hacer vida de relax y, por supuesto, ir a la playa.
El pasado de Ostende se ha perdido por las inclemencias del tiempo. El agua y la arena borraron rastros de esta zona del partido de Pinamar, más antigua que Pinamar misma. De los comienzos de siglo XX queda un refugio de madera, “La Elenita”, que construyó el ex presidente Arturo Frondizi, con una perspectiva ecológica de respeto al medio ambiente.
El otro gran protagonista de la historia de Ostende, en la esquina de Biarritz y Cairo, es precisamente el Viejo Hotel Ostende. Construido e inaugurado en 1913, desde sus comienzos debió luchar contra la invasión de la arena. Ganó la batalla, y el lugar se granjeó fama de elegante y acogedor.
Antoine de Saint-Exupéry y Adolfo Bioy Casares se cuentan entre sus ilustres huéspedes, y se entiende que la novela Los que aman odian, de Bioy Casares y Silvina Ocampo, está inspirada en el hotel. La literatura sigue hoy viva allí, donde suelen realizarse charlas, conferencias, reuniones, no sólo en torno a la escritura, sino también a otras artes, como los ciclos de cine junto al mar que el Viejo Ostende organiza en su propia playa.
En el verano de 2013 se cumplirán los cien años de existencia del Viejo Hotel Ostende, ocasión que celebra con precios seductores (desde $ 423 por día por persona, con desayuno, cena y carpa incluidos). Es oportunidad también de elegir dormir en alguno de los cuartos que conserva en su estilo antiguo, con los muebles precisos, sencillos y elegantes. Si no, hay alternativas más modernas, pues los interiores han atravesado intensos procesos de remodelación.
Sin embargo, la sencillez y belleza de sus jardines y áreas comunes mantienen el delicioso y añejo espíritu de “como en casa”, sin las estridencias ni las estudiadas formas de los espacios diseñados por paisajistas. Súmese a estos encantos la piscina, el restaurante y los mimos que se reciben en el parador de la playa, y el destino para las vacaciones de esta temporada ya puede estar casi decidido.

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