A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 31 de marzo de 2014

LA MADRE QUE NOS PARIO

Desperté en medio de la noche, sudado y casi a los gritos. Soñé con ella, vestida de negro, con su máscara Lancôme de 3 centímetros de profundidad, que se me acercaba y me decía “Lucca, I´m your mother”. Fue horrible.
Sé que usted me había pedido que, cuando tuviera situaciones difíciles de manejar, la llame sin importar el horario. Tendría que haberme advertido que no lo haga si son las 4,30 de la mañana, pero quédese tranquila, que esta madrugada tuvo la oportunidad de decírmelo con tanto énfasis que me quedó claro.
Le cuento. Todo comenzó cuando fui invitado a la inauguración de la ampliación de las obras en aeroparque. Emocionado, llegué y me encontré con Moria Casán, que desde la causita penal en Paraguay, pasó de bancar a los milicos a ser más kirchnerista que stencil del Nestornauta. Entre el público divisé a dos docentes bonaerenses. Fue fácil identificarlos: estaban junto a Anamá Ferreyra guardándose en las carteras la mayor cantidad de sanguches de miga que podían.
Finalmente, Cris llegó rengueando, acompañada de Rafael Bielsa -avisen a Missing Children que apareció-, Floppy Randazzo, Julio De Vido, el genio del déficit Mariano Recalde, el hobbit Kicillof y Eduardo Eurnekián.
La Presi contó que el Aeroparque Jorge Newbery es muy importante para el país porque ella lo usa mucho desde 1995, que fue privatizado en 1997 -esa parece que no les molesta- y que desde la recuperación económica, creció de la mano de Aerolíneas Argentinas.
Mientras una de las maestras me preguntaba si me iba a comer o no el folleto que me entregaron en la entrada, Cristina le contaba a Eurnekián que él pudo ganar mucha plata gracias a toda la que le pagó Aerolíneas Argentinas por el aumento de las frecuencias de vuelo, no sólo en Aeroparque, sino en todas las demás terminales aeroportuarias que administra el empresario. O sea, todas las del país.
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Qué se yo, me resultó raro. Porque lo curioso del asunto, es que Eurnekián concentra el mayor de los monopolios que tiene la Argentina: administra la totalidad de los aeropuertos del Sistema Nacional y su empresita está reconocida como la red de aeropuertos más grande del mundo. Y todo gracias a una concesión hecha durante el segundo mandato de Carlos Menem de un modo un tanto raro, a tal punto que a Jorge Rodríguez -por entonces jefe de Gabinete- lo procesaron por favorecer a Eurnekián. No sé bien con qué, pero doy por sentado que no fue a cambio de caramelos Media Hora.
Y así fue como la Presi enumeró casi todos los aspectos en los que creció Aerolíneas. Y digo casi, porque se le pasó el punto en el que más creció: el déficit.
Luego, contó que “cuando uno llega a Ezeiza o a Aeroparque, se da cuenta que no está en un país de cabotaje, está en un país de nivel internacional”, y que “uno se da cuenta como es el país por dos cosas: la modernidad de las instalaciones y el sistema de autopistas”. Y la modernidad argentina se puede notar por los kilómetros de villas miserias que ofician de bienvenida a lo largo de la Ricchieri. Eso sí que es internacional: salir de un aeropuerto y jugar a adivinar si se está en Argentina o en Kenia.
Con la cosmovisión que le permite su vida de multimillonaria terrateniente, la Presi tiró que “las clases medias bajas se pueden permitir viajar en avión”. Intenté analizar el dato, pero justo me interrumpió otra vez la maestra para preguntarme si no me sobraba un sobrecito de mayonesa.
Mal momento el mío, porque justo Cristina empezó a hablar de los alfajores que repartían en los vuelos de Aerolíneas. “Se quejan, pero en los vuelos de cabotaje hoy no te dan nada y, si querés algo, tenés que pagar en efectivo”. Sí, me llamó la atención, dado que en un vuelo de tres horas a Ushuaia, los de LAN me dieron gaseosas, alfajores y tostadas con mermelada y cuando viaje por TAM hace cinco meses, en menos de dos horas y media me enchufaron una bandeja de almuerzo con entrada, plato principal y postre. Le quise comentar a la maestra que me acompañaba pero me dijo, con los ojos cerrados, que no la interrumpiera, que estaba comiendo alfajores por telepatía.
Y mientras la maestra babeaba, la que viaja en el Tango 01 le contaba a los que se mueven por Emirate Airways lo lindo que se viaja por Aerolíneas Argentinas. Y todos aplaudían.
Eso no es todo. Como me quedé con ganas de más, ayer me di una vuelta por Olivos. La primera impresión que me llevé fue que la militancia predica el ajuste con el ejemplo: antes llenaban la Plaza de Mayo, después se juntaban a tomar mate en Parque Lezama, luego pasaron a copar el living de la Rosada, y ahora se conforman con el rincón trasero izquierdo del jardín de invierno de la Quinta de Olivos.
Mientras pensaba si era realmente una buena idea hacer una cadena nacional justo en el horario de Avenida Brasil, entre el público, hallé de infiltrados a tres jubilados echándole mermelada a un pedazo de durlock que sobró de la última reforma. Me dijeron que me quede tranquilo, que todos pensarán que Virginia Lago se extendió demasiado en la presentación.
La idea era hablar de los parques industriales y los fondos destinados a los mismos, aunque muchos sean terrenos baldíos alambrados. Tema de estudio de los años kirchneristas debería ser el caso de Lomas de Zamora; un predio destinado a Parque Industrial que desde 2008 es una villa que va de Camino Negro a Camino de Cintura.
cristina_olivos5_64835TelamObsesionada con los alfajores, por segundo día consecutivo la Presi mencionó a ese obscuro objeto de deseo. Se quejó porque el dueño de Fantoche le llevó un mini alfajor y no uno triple, mientras personal de seguridad forcejeaba con los tres jubilados que quisieron abalanzarse sobre el único objeto sólido y legalmente comestible que se hallaba en el lugar.
Ensañada con hablar de cosas que nadie entiende, anunció una nueva línea de créditos para PyMes a siete años, con una tasa anual del 14%, a la cual calificó de negativa, dando por sentado que ni en este año, ni en los próximos tres siglos, hará algo para que la inflación baje.
Luego de que la seguridad notara que uno de los jubilados llamaba a Simón mientras otro prendía un fueguito, los dejaron entrar de vuelta, justo cuando Cristina contaba que en 2003, desde el helicóptero, se veía que en Puerto Madero había sólo uno o dos edificios y que hoy no entra ni uno más. Ahí le falló la visión estratégica, porque desde el helicóptero también puede ver que en la Villa 31 no entra un ladrillo más, y sin embargo, siguen en permanente expansión hacia arriba, en una clara competencia por lograr el rascacielos más representativo de Argentina.
Tal como quien mira por la ventana del bar el desfile de pibes vendiendo estampitas, Cristina toco de costado el tema de la quita de subsidios y nos contó que todos los mortales pasaremos a pagar mucho más de tarifas, menos aquellas empresas a las que les está regalando la guita -según sus propias palabras- para que produzcan alfajores y tornillos. Por si no quedó claro, remarcó que a las industrias no les tocarán un sólo pesito de los subsidios al gas, y todo para que cuando la temperatura baje de los 15 grados, haya que cerrar las fábricas para que la gente pueda prender la estufa.
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En solidaridad con la clase media, Cristina también se vacunó ayer.
Como si no estuviéramos al tanto del funcionamiento de El Modelo, la Presi contó que el esfuerzo no lo hace ella, sino los argentinos que pagamos el 21% de IVA. Al borde de las lágrimas dijo que “por ahí muchos no llegan al mínimo no imponible de ganancias”, y lo hizo al día siguiente de que el Indec anunciara que el 75% de los asalariados cobra menos de $6.500 pesos, que el 10% de la población no llega a 9 mil, y que otro 10% hace lo que puede con 1.200 pesos. Le pregunté a unos de los jubilados qué le parecía la apreciación de la mandataria, pero tenía la boca ocupada masticando uno de los potus del salón.
Y ahí pasó lo que nunca me esperé. Ni once años de kirchnerismo ni seis años de discursos de Cristina me prepararon para ese momento. “Yo me siento la madre del país, la madre de todos los Argentinos”, dijo Cristina, dejándome al borde de un accidente cerebro vascular.
No sé cómo tomarlo ¿Me entiende? Me llené de confusiones. Ahora, cada vez que un comentarista me dice hijo de puta siento que no me está faltando el respeto a mí. Es como un golpe al ego. Aparte, cuando me mandan a la de mi madre, no sé si ir Balvanera, a la Rosada, a Olivos o a Calafate.
Si bien ahora entiendo que el patrimonio de Cristina se puede justificar en los 40 millones de regalos que recibe cada tercer domingo de octubre, también me preocupa el tema de la sucesión. No, no estoy pensando en la muerte de nadie, pero uno tiene que ser precavido. ¿Se imagina el quilombo que será una división de bienes entre 40 millones de hermanos?
Después la Presi siguió con lo suyo y recordó que el país era un infierno cuando Néstor asumió en 2003 y que Scioli puede dar fe de ello porque lo acompañó como Vice. Scioli, justo Scioli, que venía de ser el secretario de Turismo del gobierno anterior. ¿Entiende lo difícil que se me hizo digerir el resto del discurso?
Mientras miraba, aturdido, como los tres jubilados se peleaban por el último tallo de lo que alguna vez fue una planta, Cristina contaba que su madre, como jubilada, pudo comprarse dos acondicionadores de aire para soportar el calor de La Plata. Decir que los tres viejos estaban en otra, porque creo que pasaban a mejor vida, que en el caso de ellos, sería literalmente una mejoría.
Si partimos de la base de que la propia madre de la Presidenta le tuvo que hacer juicio al Anses -y lo ganó- creo que no dio el mejor de los ejemplos. O en una de esas, en La Plata la jubilación alcanza para comprar dos acondicionadores de aire, comer todos los días y contar con un helicóptero para tomarse el palo cuando el agua empieza a subir.
Fueron muchas cosas para un mismo día. Hasta ayer, ayudaba a mi vieja a llegar a fin de mes y ahora me encuentro con que mi mamá no es mi mamá, que mi verdadera mamá es terrateniente, hotelera y multimillonaria estatal, y que mi abuela es hincha de Gimnasia ¿Cómo no me voy a despertar de esa manera?
Usted seguro tiene algo para aconsej…si, ya sé que terminó la sesión, pero no me puedo ir así. Miré si esta noche sueño con…¿300 pesos? ¿Qué pasó? Sí, entiendo lo de las tarifas, pero Capitanich acaba de decir que eso no repercute en la infl…sisi, la semana que viene a la misma hora. ¿Me baja a abrir? Bueno, me fijo si está el portero…
Mis hermanos.
Mis hermanos.
 No cualquiera tiene el lujo de contar con una madre arquitecta egipcia, papisa y exitosa abogada.

sábado, 29 de marzo de 2014

ALERTAN QUE EL HUSO HORARIO DEL PAIS ESTA ADELANTADO DOS HORAS

“En Cuyo y en la Patagonia se detectan casos de Trastorno Afectivo Estacional en invierno, una depresión causada por las pocas horas de luz solar durante la mañana, que también se registra en los países escandinavos. Eso no ocurriría si todo el país estuviera en el huso horario –4, explica Daniel Cardinali, médico, cronobiólogo e investigador del Conicet que advierte que la luz matinal es clave para activar procesos biológicos del cuerpo.
Desde la ciudad de Mendoza, otro investigador del Conicet, el doctor en Meteorología Federico Norte, cuenta: “Hace unos años, una locutora radial decía a la mañana ‘señora, levante a sus niños que es un día hermoso y brilla la Luna llena”.
El debate siempre vuelve. ¿Vale la pena vivir de acuerdo con el horario solar real o se puede manipular para ahorrar energía? Ahora, una investigación que publicó en Internet el matemático italiano Stefano Maggiolo reveló que casi ningún país del mundo respeta su huso horario y que la Argentina es el país más “desfasado” de América del Sur. Buenos Aires está una hora adelantada de acuerdo con su “mediodía solar” –el momento en que el Sol está en su punto más alto– y las provincias de Cuyo y de la Patagonia dos horas. Si se mide estrictamente el mediodía solar, en algunas localidades el “desfasaje” es incluso mayor a dos horas. Por eso, médicos y biólogos dicen que Argentina debería recuperar el huso horario –4 (atrasar una hora el reloj) y volver el huso que se aplicó a partir de 1920 por la Convención Internacional de Husos Horarios, pero que nunca dejó de sufrir oscilaciones. Encima, desde hace unos años la hora quedó fija todo el año en un lugar equivocado.
“El ahorro energético nunca fue demostrado y, si viviéramos en la hora solar correcta, los efectos sobre la salud mejorarían”, evalúa Cardinali. Norte agrega: “El huso horario actual del país es el del meridiano 45, que pasa por Río de Janeiro. Eso genera algunos efectos en Cuyo: la demora en la hora de cenar en verano, cuando oscurece pasadas las 21, o la necesidad de siesta en pleno invierno por levantarnos de noche para iniciar la actividad”, explica. Aunque con un efecto menos evidente, en Buenos Aires también amanece y oscurece más tarde de lo que debería.
Si bien ningún experto habla de efectos graves o irreversibles, todos consideran que volver al huso natural mejoraría la calidad de vida. La postura, de todas formas, no es tajante. Patricia Agostino, investigadora del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Quilmes, considera que aunque no es lo ideal, “el cuerpo humano puede adaptarse a un desfasaje de una o dos horas”.
Vivir fuera de la hora real también da lugar a cambios culturales. Si las tardes son más largas, como sucede en Argentina, todo se atrasa, incluyendo la cena o el inicio de las fiestas nocturnas. El resultado: un aumento en los trastornos para conciliar el sueño en la población.
En el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Quilmes estudian casos extremos, como el síndrome jet lag, el conjunto de síntomas producidos por viajar a un país lejano con varias horas de diferencia. En ese escenario, se sufren insomnio, problemas digestivos y falta de concentración, entre otras complicaciones, que pueden durar una semana hasta que el cuerpo se readapta. “Pero esos síntomas fuertes no se dan marcadamente por vivir en un huso horario equivocado”, calma Agostino.
El debate sigue caliente en todas partes. La hora oficial de España, por ejemplo, está alineada con el meridiano de Berlín desde la Segunda Guerra Mundial. Por eso, los españoles tienen menos luminosidad a la mañana y tardes largas. Cenan más tarde que los portugueses, que aplican otro huso horario. En medio de la crisis, el Gobierno propuso retrasar los relojes una hora para recuperar “productividad”. La medida fue apoyada por el Ministerio de Salud. Pero amplios sectores de la población mostraron resistencia. La polémica todavía no se cerró.
China, pese a tener el tercer territorio más extenso del planeta, aplica la misma hora oficial para toda su superficie por motivos políticos. ¿El resultado? En algunas regiones el desfasaje con la “hora real” es de cuatro horas.

ARGENTINA AGONIZA



Escrito por Juan José Campanella

Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento nos noqueó.
Ya parece no quedar nada del orgullo de ser argentino. Y no es la economía.
Ni siquiera el caso Ciccone.
Ni de los hermanos Schoklender.
No se trata de Moreno y su avasallamiento tercermundista.
Ni de Ley de Medios.
El problema no es el tren de Once y los 52 hermanos que murieron...
lamentablemente.
Ni tampoco el uso de las reservas.
No se trata del paro de los maestros, ni de las mentiras del Indec ni
de la pesificacion.
El problema es otro.
Estamos perdiendo en silencio a nuestra Argentina.
La metamorfosis es brutal.
El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana
será mucho peor de lo que imaginamos.
No hay respeto.
No hay educación.
No hay diálogo.
La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo.
Nos acostumbramos al atropello del poder político, al patoterismo.
Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione. Que nos enamore.
Que queremos?
Volver a sentir orgullo de ser argentinos
Viajar seguros
Ver un desarrollo cultural sostenido
Transitar por las calles sin piquetes
Escuchar a un presidente conectado con el mundo
A decidir qué comprar.
Qué libros leer.
Respetar al maestro.
Los delincuentes presos.
Estadistas conduciendo al país.
Economistas manejando la economía .
Calma y paz.
No al odio y la crispación.
Los tres poderes funcionando.
Comprar dólares. O no
Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo.
Si querés lo mismo, circulá este mail.
En paz.
Argentina: te quiero !!!
Y no quiero perderte

jueves, 27 de marzo de 2014

CARLOS ROTTEMBERG, EL SEÑOR TEATRO


Un nene de pantalones largos y gorra parece llorar contra un rincón, a tres metros de un pequeño Chaplin junto a El Pibe. Esas dos imágenes fuertes de su oficina impecable –en un cuarto piso de Corrientes casi Talcahuano– tal vez evoquen al Carlos Rottemberg que a los 8 años (1965) vio por primera vez La novicia rebelde emocionado hasta las lágrimas, y en un pullman de la peatonal Lavalle descubrió su vocación: el cine primero y el teatro a partir de los 17, siempre como “exhibidor”. Venía de familia paterna exiliada desde Polonia y pobre, que con el cuero progresó y pasó en una década de una prefabricada en Mataderos (donde él nació) a un departamento en Caballito. Hizo jardín, primaria y secundaria públicos, y siempre apenas “estudiaba lo justo para pasar”. Cuando sus compañeros recitaban formaciones de equipos de fútbol, él les preguntaba cuántas butacas tenía el Gran Rex.
“Imaginate: quedaba afuera”, se asume. Era un chico raro, monotemático: de los 10 a los 13 fue todos los miércoles a los 42 cines del Centro a buscar los programas del día siguiente. Así aprendió direcciones, teléfonos, capacidades, duración de películas, tiempo de permanencia en cartel, pases de películas de un cine a otro... Hasta llegó a predecir con éxito en la mesa familiar la suerte de las nuevas películas. Cursó lo que su terapeuta definió como “una facultad imaginaria, la del espectáculo, que me la había inventado”. Todavía hoy, el cuadro principal del living de su casa son aquellos programas con los que “estudió”. Jamás se recibió de perito mercantil porque nunca fue a las clases de gimnasia. Pero a los 17 –después de haberse transformado en exhibidor de cine en su kinder club judeo-progre y en fiestas infantiles– su padre lo vio tan determinado que aceptó convertirlo en menor emancipado. Entonces, él le alquiló la sala Ateneo nada menos que a Romay (de quien recibió cuatro consejos fundantes, y a cuya hija recibió al final de esta entrevista) y el 1 de julio de 1975 inició una carrera que ya roza los 40 años. Aquel chico que iba dos veces al teatro por mes con sus padres es hoy el empresario teatral más exitoso en el país hispano de mayor actividad escénica
(Buenos Aires le sigue a Nueva York y Londres y es número uno en teatro independiente) y acredita más de 1.000 obras, 140 mil funciones y
¡38 millones de espectadores!
Su empresa tiene 4 teatros acá y otros 4 en Mar del Plata (15 salas). Se da el lujo de abrir un teatro cada lustro. Y preside desde 2007 la Asociación de Empresarios Teatrales y Musicales.
¿De grande también lloraste con alguna película?
Con Cinema Paradiso. La ví acá en el Broadway cuando se estrenó, y no pude parar de llorar días. Porque el pibe mirando a través del agujero de la cabina de proyección es exactamente mi radiografía. Yo quería ver la reacción de la gente viendo la película. Estar atrás de la gente.
¿Por qué no figura tu nombre en ninguna obra?
Porque el empresario es el vehículo entre el artista y el público.
¿Te da pudor?
Algo puede ser. No me cuesta nada hablar, pero me cuesta lo visual.
¿Sos medio timidón?
Sí, no voy nunca a un estreno. Es más: no voy a los estrenos míos. Y no existo en fiestas del ambiente.
¿Tener dinero es central en esto?
Te va a parecer increíble, pero en esta profesión –que tiene más brillo que dinero– lo menos importante es el dinero. No hay empresarios ricos en serio haciendo teatro. A las empresas grandes no les interesa el teatro como negocio.
¿Sos millonario?
No. Es más: ni siquiera tengo un gran patrimonio personal. Soy accionista de empresas que no están endeudadas.
¿El cóctel para tu profesión?
No alcanza con leer el libro de teatro para ver si la obra es buena, también hace falta seguir el libro de contabilidad para saber que vas a poder cumplir con todas las obligaciones que esa obra de teatro conlleva.
¿Y algo más?
Honestidad, psicología para trabajar con materia prima humana, ética. Y el actor, el autor, el director, el talento primero.
Como espectador, ¿qué tipo de espectáculos preferís?
El término medio de la comedia.
¿Qué te divierte?
Soy de los que tiene el privilegio de trabajar de lo que elegí y los siete días: para mí trabajar es un placer.
¿No necesitás momentos para desenchufarte?
Es que los tengo. Trabajo hace 36 temporadas en Mar del Plata pero no es que estoy adentro del teatro todo el tiempo. Paro para ir a almorzar, sigo haciendo vida de familia. Y estoy viajando más que nunca, dos veces por año por lo menos.
¿Preferís las ciudades teatrales?
Pero puedo mezclar. Y por supuesto no voy a dejar ni una isla sin preguntar si hay un cine o un teatro, e ir a verlo.
¿Los teatros de Broadway o visitar el MOMA?
Una excursión caminando por Radio City en Broadway para mí vale más que ir al MOMA.
Sos conocido por obsesivo.
En 140 mil veces que entró público en una función, si no fuese obsesivo alguna cosa ya me hubiese pasado. Cuando entro a la sala, sigo como hace 40 años tocando personalmente si todas las puertas están destrabadas. La puerta destrabada significa la seguridad de la gente.
Te obsesiona la seguridad.
Siempre, siempre, siempre. Un ejemplo más: cada luz que ilumina le hago poner un collarcito de perro por si alguien deja una floja; queda bamboleando y no se cae arriba del espectador. No se cayó ninguna, pero yo sé que tienen el collarcito.
¿Una vida con ondulaciones suaves o con alzas y bajas abruptas?
Como me dijo en 1980 Alberto Closas: A mí dame siempre diez filas ocupadas, pero toda la vida. Por eso no me excito demasiado con los éxitos y eso me permite no deprimirme demasiado con los fracasos. Me interesa más la credibilidad personal que el éxito fortuito de un espectáculo.
¿Hacer qué te hace sentir mejor persona?
Tener hace ya más de 20 años todos los espectáculos sin firmar los contratos. De Gustavo Yankelevich estrenando esta noche (por el último jueves), a Campanella haciendo Parque Lezama. Y ningún profesional me falló en este medio.
¿Qué te enoja?
Fundamentalmente la traición.
¿Qué te es imprescindible?
La salud. Soy bastante hipocondríaco, de controlarme todo lo que puedo. De hecho estoy 15 kilos con menos panza que diez años atrás, y quiero seguir bajando...
Pero nada de ejercicio...
En Mar del Plata sí, camino.
¿Un paisaje ideal?
Me enseñaron que para todo hace falta buena gente: el paisaje que tenga buena gente.
¿Algún hobby fuera de esto?
Me gusta hacer estadísticas raras. Por ejemplo: si la pizza de muzarella vale 10 pesos y la de fugazzeta vale 12 (le doy 2 pesos a la cebolla), por qué la fugazza sin queso vale 7 y no 8. En eso me puedo quedar un rato pensando.

miércoles, 26 de marzo de 2014

EL CRIMEN DE JOVENES SE ESTA HACIENDO COSTUMBRE

NORMA PENJEREK
SILVIA CICCONE
ANGELES RAWSON


Se llamaba Norma Mirta Penjerek. Tenía dieciséis años, estaba en quinto año del liceo de señoritas Nº 12 y se proponía estudiar Odontología. Vivía en la ciudad de Buenos Aires en la calle Juan Bautista Alberdi 3252. Era hija de Enrique Penjerek y Clara Breitman. Fue un caso emblematico que sacudio al pais. El secuestro y asesinato de jovenes mujeres no era moneda corriente. Vaya si era noticia. Con el correr de los años la sociedad se acostumbro. Hoy es moneda de cambio. Pero vayamos por parte.
Norma Penjerek desapareció el martes 29 de mayo de 1962. Ese día había amanecido frío, para algunos cronistas el más frío del año. El presidente de la Nación era entonces José María Guido, un amable títere de los militares que para esa fecha jugaban a la guerra entre azules y colorados. La CGT había decretado un paro general, motivo por el cual Norma no había ido al colegio. A la tarde, y tal vez algo aburrida de escuchar los discos de Elvis Presley y Explosivos, le dijo a la madre que iba a asistir a su clase de inglés. Puede que la madre le haya sugerido que se quedara en casa, pero ya se sabe que las hijas no siempre aceptan los consejos de las madres. La profesora de inglés se llamaba Perla Stazauer de Priellitensky. Las clases particulares las daba en su domicilio de Boyacá 420, ubicado a unas quince cuadras del domicilio de los Penjerek. Norma llegó a la casa de su profesora a las 17.30. Según ésta, la notó algo distante, preocupada, “como ida”. A las ocho menos veinte concluyó la clase de inglés y se despidió de su profesora.
El momento en que Norma se retiró de la casa de Priellitensky fue el último dato que se tuvo de ella. Nunca más se la vio. Sobre el tema se dijo de todo y nadie se privó de alentar su propia versión: que se peleó con los padres y se fugó con un noviecito que luego la mató; que fue violada por un degenerado; que los agentes del Mossad la secuestraron... pero no nos adelantemos a los acontecimientos. Para junio de 1962 el tema parecía agotado. La tragedia de Penjerek amenazaba con ser devorada por los precipitados acontecimientos políticos de aquellos años. Sin embargo, el 17 de julio, en unos terrenos baldíos de la localidad de Lavallol, se encontraron los restos de una mujer. Se dijo que el responsable del hallazgo fue un perro que husmeaba entre la basura. Ya para entonces la policía era capaz de cometer célebres torpezas. Periodistas, policías y curiosos se pasearon por la zona como panchos por su casa. Según el informe forense, la mujer medía un metro con sesenta y cinco centímetros y tenía veinte años largos. Alguien dijo que se trataba de los restos de Norma Penjerek. Sus padres se hicieron presentes en la morgue de La Plata, pero lo que vieron no tenía nada que ver con su hija. Hubo luego una segunda autopsia y allí se establecieron tres datos decisivos: el análisis dactiloscópico demostró que se trataba de Norma; el dentista reconoció la dentadura y una prima de Norma aseguró que los retazos de un pañuelo era el que usaba habitualmente.
Todo parecía quedar en las clásicas nebulosas de la impunidad, pero la historia recién estaba en sus inicios. Un año después, es decir, el 15 de julio de 1963, fue detenida por ejercer el oficio más antiguo del mundo en la estación de trenes de Constitución, María Sisti. El operativo estuvo a cargo del comisario Jorge Colotto, acusado años después de ser uno de los integrantes de las Tres A. El episodio habría sido habitual en aquellos años, si a la detenida no se le hubiera ocurrido declarar que ella sabía quién había matado a Norma Penjerek.
Fue allí cuando el caso ganó la tapa de todos los diarios. Según Sisti, el responsable de la muerte de la chica era el señor Pedro Vecchio, un comerciante de Florencio Varela, dueño de una zapatería conocida con el nombre de La Preferida. El relato abundaba en datos escabrosos. Vecchio sería el jefe de una banda de trata de blancas dedicada a proveer de jovencitas a políticos y empresarios. El escándalo ganó la calle. El tema fue tratado en el Congreso y el ministro del Interior se refirió a él. 
El diario Crónica, dirigido por Héctor Ricardo García, pasó de vender veinte mil ejemplares a cien mil. La Razón no se quedó atrás. Vecchio fue tema de canciones populares, se le atribuyó practicar el vampirismo y en las caricaturas se lo veía con capa oscura y colmillos. Las investigaciones, sin embargo, no pudieron probar nada. La causa pasó por ocho juzgados y el 5 de abril de 1965 la Cámara del Crimen de Capital Federal decidió el sobreseimiento de Vecchio.
¿Qué pasó entonces? La historia tuvo otra vuelta de tuerca. Esta vez el protagonista fue el fotógrafo José Luis Fernández, quien odiaba a Vecchio porque había protegido a su hija Ángela cuando ésta abandonó la casa. Fernández fue quien hizo circular la versión del traficante de drogas y tratante de blancas. La propia Sisti admitió luego que Fernández le había pagado cincuenta mil pesos para que involucrara a Vecchio. No concluyó allí el tema. El mítico comisario Evaristo Meneses, dirá años después que Vecchio era efectivamente un tratante de blancas y que su socio era nada más y nada menos que el señor Penjerek. ¿Alguna otra complicación?
Por supuesto que la hubo. Norma desapareció el 29 de mayo de 1962. Dos días después en Israel fue ejecutado el nazi Adolf Eichmann, secuestrado en la Argentina a través del famoso “Operativo Garibaldi”. Para los pesquisas el caso estaba claro como el agua. El padre de Norma, un reconocido dirigente de la colectividad judía porteña, había sido quien le dio al Mossad el dato de que Eichmann vivía entre nosotros. Para evitar represalias, el Mossad habría trasladado a Norma a Israel donde vivió varios años en un kibutz y murió a mediados de los noventa. Fantasiosa o no, la versión lanzada por el diario El Mundo a través de Bernardo Neustadt, sigue circulando hasta el día de hoy.
LA PENJEREK MARPLATENSE

Silvia Angélica Cicconi tenía 17 años y era hija única. Sus padres eran los dueños del restaurante Nueva Italia, en Mar del Plata, y vivían en la casa de al lado del local, en avenida Luro 5154, frente a la estación del ex ferrocarril Roca. En la madrugada del 27 de agosto de 1981 llovía y hacía frío. Los Cicconi salieron a tomar un café y dejaron a Silvia dormida. Cuando volvieron ella seguía en su cama, pero atada de pies y manos con sus propias medias y en medio de un charco de sangre. Le habían dado 32 puñaladas.

El crimen conmovió al país durante varios meses. Se sospechó de un ex novio de la chica, Raúl Alberto Mignini, pero no hubo pruebas en su contra. Se llegó a decir que el asesinato estaba vinculado con el narcotráfico. Hasta que seis meses después, luego de que declararan más de 100 testigos, fue detenido Fernando Saturnino "El Pacha" Pérez: un linyera de 50 años, muy conocido en la zona de la estación de trenes. 

En la investigación policial hubo muchos puntos oscuros. Se dijo que el asesino entró por los techos, algo que un alcohólico mal alimentado como "Pacha" no podía haber hecho sin ayuda. El linyera confesó que entró a robar en la casa y si bien faltaron 2 millones de pesos (moneda de 1981), quedaron otros 800.000 y un Rolex de oro de Silvia. El hombre declaró que al salir de la casa apagó las luces, pero los padres de Silvia las habían encontrado encendidas.

En su primera declaración, "El Pacha" aseguró que tenía un cómplice. Luego se descubrió que ese hombre, el día del crimen, estaba detenido en una comisaría de Mar del Plata.

Luego de su confesión, Pérez fue condenado a reclusión perpetua el 28 de mayo de 1984. Tras 14 años en la cárcel de Batán, por una conmutación de pena decretada por Eduardo Duhalde le dieron la libertad condicional.
Mas aqui en el tiempo, Maria Soledad Morales y Natalia Melmann. Mujeres jóvenes cuyas vidas terminaron abrupta y violentamente. En un país en el que los homicidios de mujeres por su condición de género tiene su propia figura penal -el femicidio- las cifras no merman: sólo en 2013 hubo 295 femicidios. Uno cada 30 horas.

LOS OTROS CASOS


Ángeles Rawson: Tenía 16 años cuando desapareció luego de su clase de educación física en el barrio porteño de Colegiales. Su cuerpo fue hallado al día siguiente, el 11 de junio de 2013, en el predio del Ceamse de José León Suárez.
Candela Sol Rodríguez: Desapareció el 22 de agosto de 2011 y fue hallada muerta el 31 del mismo mes envuelta en bolsas, escondida entre la basura, en un terreno baldío de Hurlingham. Tenía 11 años.
Lucila Yaconis: Tenía 16 años y fue asesinada cuando se resistió a un intento de violación el 21 de abril de 2003, en el paso a nivel de la calle Paroissien, en el barrio porteño de Núñez.
María Soledad Morales: Su cuerpo sin vida fue hallado el 10 de septiembre de 1990 en un descampado en Catamarca. Estaba desnuda, había sido brutalmente golpeada y tenía signos de haber sido violada. Tenía 17 años.
Marianela Rago: Oriunda de Río Grande, era estudiante de periodismo. Fue asesinada la mañana del domingo 27 de junio de 2010 en su departamento del barrio porteño de Balvanera. Según la autopsia, fue brutalmente golpeada, apuñalada, estrangulada y prácticamente decapitada.
Natalia Melmann: Fue violada, torturada y estrangulada el 4 de febrero del 2001. Su cadáver fue hallado el 8 de febrero en la zona del Vivero de Miramar. Tenía 15 años.
Paulina Lebbos: Tenía 22 años cuando desapareció luego de salir a bailar con sus amigos a un boliche de la capital tucumana, el 26 de febrero de 2006. Su cuerpo fue hallado el 11 de marzo de ese año, a la vera de una ruta de la provincia.
Solange Grabemheimer: El cuerpo de Solange fue hallado el 10 de enero de 2007 en el PH de la calle Güemes 2280 de Florida. Estaba boca abajo, al costado de su cama, con cuatro puñaladas en el cuello y marcas de estrangulamiento. La joven tenía 21 años al momento del crimen.

martes, 25 de marzo de 2014

LA ALTANERIA DE LA PRESIDENTA


Por Eduardo Van Der Kooy
Norberto Oyarbide es el nuevo gran problemaque cuelga sobre las espaldas de Cristina Fernández. Se trata de un problema que, a simple vista, no tendría una salida sencilla. Tampoco la posee el escándalo que involucra a Amado Boudou por la causa Ciccone. Hay una diferencia entre un caso y el otro. Boudou es el vicepresidente que la semana pasada, de modo casi clandestino, ejerció el Poder Ejecutivo mientras la mandataria visitó el Vaticano y París. Oyarbide es simplemente un juez, aunque no cualquiera. Acaba de cubrir de sospechas, con una descripción insólita, a Carlos Zannini. Contó que Carlos Liuzzi, la mano derecha del secretario Legal y Técnico, le pidió que detuviera un allanamiento en una financiera donde se buscaban cheques, al parecer, comprometedores. Le hizo caso de inmediato. Con Boudou apremiado por un cerco judicial y Zannini, un funcionario clave del sistema, apuntado por la mira pública, podría decirse que la cima del poder presidencial transita un estado de crisis.
La Presidenta habría resuelto pagar el costo político de la protección de Oyarbide como lo ha venido haciendo con Boudou. Hace ya dos años que, aún a veces a disgusto, sostiene al vicepresidente. Recién adoptó una previsión: el nombramiento del senador radical K, Gerardo Zamora, ex gobernador de Santiago del Estero, como presidente provisional del Senado. Frente al magistrado tampoco tendría margen para alguna aventura. Fue quien resolvió, entre innumerables actos vidriosos, sobreseer de un plumazo y archivar la causa contra el matrimonio Kirchner por presunto enriquecimiento ilícito.
El juez se continúa comportando con total impunidad, aun en medio de la nueva tormenta. Hace un par de años provocó al lucir un anillo de diamantes valuado en US$ 250.000 que, explicó, había adquirido en Punta del Este. Cuando empezó a ser investigado aclaró que sólo lo había alquilado por US$ 7.500. En los últimos días habría presentado un anexo de la declaración patrimonial donde denunció haber hallado escondida en la casa de su madre, fallecida en el 2006, una caja con US$ 200.000.
El cristinismo, pese a todo, encontró la forma de defenderlo en el Consejo de la Magistratura. Allí aterrizaron varios pedidos de juicio político en su contra. Las murallas habían sido levantadas con anticipación, en especial a partir de que la derrota electoral de octubre selló la suerte de la continuidad K. La Presidenta instruyó que, ante lo inevitable, se franqueara el acceso opositor a la titularidad del Consejo. Se preocupó de otras cosas: introducir en el organismo a dos camporistas de su entera confianza (el diputado Eduardo De Pedro y el secretario de Justicia, Julián Alvarez) y conservar las mayorías en las Comisiones de Acusación y Selección de jueces.
De la primera de esas comisiones salió la resolución de solicitar un descargo voluntario por escrito a Oyarbide por aquel episodio del allanamiento frenado. Tendrá para hacerlo 20 días. Los kirchneristas demandaron, por otra parte, un sinnúmero de pruebas para avanzar con el procedimiento. Desde declaraciones testimoniales hasta copias de viejos expedientes.
Oyarbide podría estar por el momento tranquilo.
Una señal de sosiego también para Cristina y Zannini.
La Cámpora está lejos de amar al secretario Legal y Técnico. Pero responde con una disciplina, que hasta Juan Perón hubiera envidiado, a cada orden de Cristina, por desprejuiciada que sea. Por esa razón, el mismo día que escudaron a Oyarbide hicieron una citación a Claudio Bonadio por una causa de la década del 90. Ese juez elevó a juicio oral a Guillermo Moreno por abuso de autoridad. Sucede por el affaire de las consultoras que durante mucho tiempo desairaron los índices inflacionarios del INDEC y fueron coaccionadas y multadas por el ex secretario de Comercio. Bonadio había imputado al ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y al vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, por un aviso publicitario contra Mauricio Macri divulgado en Fútbol Para Todos. Fue apartado del tema, la semana pasada, por la Sala I de la Cámara Federal.
El abroquelamiento cristinista en defensa de sus huestes casi no ha reconocido fisuras. La excepción fue el integrante de Carta Abierta, Ricardo Forster, que calificó a Oyarbide de “impresentable”. Hace ruido, en cambio, el profundo silencio de los miembros de Justicia Legítima que promovieron con entusiasmo la reforma judicial de la Presidenta en la hipotética búsqueda de mayor transparencia. Bajo aquel mismo manto de silencio toleraron la suspensión del fiscal José María Campagnoli, que hurgaba en la corrupción oficial.
Todo sea por la causa y el modelo.
Los recursos defensivos del Gobierno serían vastos. Se hace visible con los crujidos de la economía un problema de financiamiento del Poder Judicial. El Consejo de la Magistratura lo arrastra desde hace rato. La Corte Suprema pidió una partida adicional de fondos a la Nación para crear nuevos juzgados. Solapadamente también para hacer frente a sueldos judiciales. Los jueces del máximo Tribunal tienen entre manos dos cuestiones sensibles para el poder: los juicios sobre jubilados (cerca de 350 mil en distintas instancias) y otros varios sobre la restricción de la pauta de publicidad oficial para medios de comunicación no adictos.
¿Será la escasez de fondos una herramienta del Gobierno para presionar al Poder Judicial? ¿Servirá para hacer más lentas de lo que ahora son las investigaciones judiciales?
Todo parece posible.
Esa alternativa constituiría, a lo mejor, la última esperanza de Boudou. No dejaron de llamar la atención las declaraciones del fiscal del escándalo Ciccone, Jorge Di Lello, quien cuestionó la demora del juez Ariel Lijo para llamar a indagatoria al vicepresidente. Conjeturó además sobre la posibilidad de que el acusado pudiera renunciar a su cargo. Es cierto que dijo una obviedad: “Si Boudou cometió un delito no puede seguir en el lugar que está”. Pero colocó sobre el tapete una cuestión política que nadie se anima públicamente a abordar. Quizás antes que las novedades judiciales domésticas haya otras. Alejandro Vandenbroele, el empresario convertido en la cara visible de The Old Found, que levantó la quiebra de Ciccone, y se sindica como testaferro del vicepresidente, es investigado en Uruguay por lavado de dinero. Desde Montevideo se habría girado la mitad de la suma para levantar aquella quiebra. Vandenbroele fue citado a declarar por Néstor Valetti. Pero no pudo hacerlo porque tiene prohibición para salir del país. Aseguran que ese juez uruguayo poseería pruebas clave sobre la causa.
La vigencia de los casos de Oyarbide y Boudou, en medio de una maraña judicial, seguirá levantando polvareda, aumentando el descrédito social y, quizá, regalando dividendos a la oposición. Pero serviría también de telón para ocultar o diluir otros virajes del Gobierno forzados por el resquebrajamiento económico y la protesta social. Cristina sabe que ningún episodio de corrupción podría aguarle la transición. Sabe del mismo modo que cualquier desmadre de la economía sembraría dudas sobre el tránsito actual.
Por esa razón, su foto y su audiencia con Francisco fueron interpretados como un anclaje arrojado sobre la estabilidad.
Cristina, a esta altura, parece inmune a cualquier brote de rubor. No pudo alardear sobre la inclusión social que esta vez le arrebató el Papa. Pero dejó una máxima: “No hay que sacarse una foto con Francisco. Hay que leerlo”, sentenció. Ella misma eludió a Jorge Bergoglio mientras fue arzobispo de Buenos Aires y sufrió una rabieta el día que resultó consagrado Sumo Pontífice.
La Presidenta hace en ese y otros campos una escuela. Pasó por Francia, logró respaldo para la negociación con el Club de París y exaltó la histórica y excelente relación bilateral.
Nunca como en la década K esos vínculos fueron tan conflictivos y pobres.
Bastaría con recordar el abandono a que fue condenada la Embajada parisina. Axel Kicillof asoma como su mejor discípulo. El ministro de Economía anunció otro elevado índice de inflación (3,4% para febrero y 7.2% en el bimestre) y reprendió a los periodistas que no retrucan los números de las consultoras privadas. También habría bebido de la altanería presidencial.
¿Cuándo el ministro ha permitido preguntas sobre sus anuncios?
¿Cuándo explicó cómo resulta posible que la inflación de diciembre haya sido del 1,4% y de repente pegado semejante brinco? ¿Qué ha sucedido con la espiral inflacionaria escondida por años de lo cual fue cómplice?
Tantas cosas inexplicables van inevitablemente abriendo grietas. Los metalúrgicos de Antonio Caló ajustan sus reclamos salariales a los números oficiales. Pero algunos gremios de la CGT K tomaron parte del plenario de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo que resolvió lanzar un plan de lucha. Del mismo modo, el kirchnerismo dejó de nuevo en soledad a Daniel Scioli en su puja con los gremios docentes, aunque en la segunda semana de huelga empezó a invadirlo el temor.
Se acercaron tímidamente al gobernador.
Los docentes han ayudado a tapar en Buenos Aires otros paros: de los estatales y los hospitales públicos.
Cierto desgaste de Scioli podría resultar funcional al kirchnerismo para condicionarlo en su carrera hacia el 2015. Pero ese cálculo sería como manipular fuego. Cualquier desborde consumiría la ilusión de una herencia K y facilitaría el recambio del poder a los candidatos que más detesta Cristina.
Copyright Clarín 2014

lunes, 24 de marzo de 2014

SU APELLIDO ES MATAJUDIOS Y LA DAIA LO DENUNCIO

Las autoridades de la comunidad hebrea en la Argentina están desorientadas y llamarán a consulta ante un insólito episodio, a raíz de que un ciudadano colombiano residente en el país figura en su DNI con el apellido "Matajudíos".
El asunto generó cierta confusión debido a que los dirigentes judíos lo interpretaron en principio como un mero hecho de discriminación, ya que la denuncia se efectuó porque ese nombre apareció en un ticket de supermercado de San Isidro.
En efecto, y según informó la Agencia Judía de Noticias (AJN), "la insólita denuncia realizada ayer" por el cliente de un supermercado de esa localidad de la zona norte del conurbano, que descubrió "un presunto acto antisemita" en el comprobante de su compra, "derivó en la revelación de que en la Argentina vive al menos un colombiano apellidado Matajudíos".
El denunciante suele concurrir a la red de verdulerías y carnicerías "Expoalimentos S.A.", ubicada frente a la estación de trenes, y durante el viaje de regreso a su hogar advirtió que figuraba esa denominación como correspondiente al cajero que lo atendió, de nombre Iván.
"Tras a repercusión que tuvo la denuncia de una presunta manipulación del sistema informático a fin de incorporar un agravio antisemita, los dueños del establecimiento se reunieron hoy, lunes, con el vicepresidente 1 de la DAIA, Waldo Wolff, para presentarle documentación que acredita que el joven efectivamente porta ese apellido", indicó AJN.
Wolff admitió que "evidentemente, no se trata de un acto de antisemitismo".
Sin embargo, agregó, "hemos constatado un hecho insólito: se trata de un hombre de nacionalidad colombiana que tiene un pasaporte extranjero y un DNI argentino expedido el 1 de noviembre de 2013, donde claramente aparecen sus dos apellidos, uno de los cuales es Matajudíos (y el segundo, Galindo), razón por la cual entramos en una nueva instancia, que es tratar de analizar qué pasa con un caso de esta naturaleza, que recién nos enteramos de que existe en la Argentina".
"Entendemos que las características del apellido no son siquiera discriminatorias, es la apología de un delito, y por lo pronto, llamaremos a consulta a aquellos que se especializan en el tema", comentó el dirigente comunitario.
No obstante, advirtió que "la DAIA no ve esto con buenos ojos en un país con una larga tradición de defensa de valores con los que se identifica, uno de los cuales es la lucha contra la discriminación y el antisemitismo".
Señaló que si bien "vamos a partir de la buena voluntad de la gente" del Registro Nacional de las Personas, dependiente del Ministerio del Interior, "que tal vez se les pasó por alto", agregó que la entidad propugnará que "aquellos que quieran habitar la Argentina lo puedan hacer, como establece el Preámbulo de la Constitución, pero con alguna salvaguarda para que lo que otros países permiten no se traslade aquí".
Por esa razón, Wolff anticipó que mañana la DAIA solicitará una reunión con autoridades del Ministerio del Interior y reveló que el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se comunicó con él para interiorizarse sobre el tema y ponerse a disposición.

Fuente DyN

MIRTHAN Y UN ALMUERZO BIEN POLITICO



Mirtha Legrand había prometido un almuerzo explosivo con Jorge Lanata y Marcelo Longobardi y no decepcionó. Los dos periodistas no escatimaron en disfrazar sus opiniones con respecto a la realidad político-social que vive el país, pero también hicieron concesiones: dejaron que la diva desnude un poco de la intimidad de ambos en un programa ameno y distendido.
Después de recibir en el living a los padres del fallecido diseñador Jorge Ibáñez, el almuerzo comenzó con una Mirtha Legrand más íntima, que mezcló preguntas de la vida cotidiana de ambos periodistas con mensajes de los hijos de ambos.
Así, se pudo saber que Longobardi no sabe hacerse un sándwich y que es ultra obsesivo con la ropa; o que Lanata -que volvió a blanquear su relación con la cocaína- considera que “la gente se droga porque le duele el mundo” y no quiere llevar a su hija a Disney.
Ya distendidos, la diva fue entrando de a poco en el terreno del análisis político de los periodistas. El primer punto fue el kirchnerismo. “Para mí, se terminó aunque no se hagan cargo de eso. Se fue corriendo el velo del relato, cada vez queda más en evidencia lo que son”, dijo Lanata.
A Longobardi, en cambio, le tocó opinar sobre el juez Norberto Oyarbide y su relación con el Gobierno. “Yo creo que una caída de Oyarbide puede significar una reapertura de la causa de enriquecimiento ilícito de los Kirchner”.
Otro punto que se abordó en la mesa fueron las elecciones 2015, más precisamente el próximo presidente. “Me da la impresión de que no es quién sino cómo”, explicó Longobardi y argumentó: “Me interesa más el proyecto generacional que si es Massa, Scioli o Macri, o eventualmente Cobos, porque el populismo de los Kirchner ¿de dónde viene? ¿De la ideología o de la debilidad? De la debilidad. Por eso miro más cómo se forma que a quién le toca”.
Eso sí, Longobardi señaló que “la fragmentación entre Massa, Macri y Scioli no es buena para la argentina”. A los tres los definió como una “promesa”, dijo que son candidatos “cantados”. Mientras que Lanata sugirió que Massa tiene un “problema”: “Falta mucho y está en un lugar desde donde es difícil hacer política: es legislador”.
La charla derivó luego al proyecto de reforma del Código Penal. “No creo que lo hagan aunque tengan mayoría en el Congreso”, sugirió Lanata y siguió: “Porque la opinión pública está muy en contra. Si es por el juez (Eugenio) Zaffaroni no habría cárcel, pero andá decirle a la gente eso... Es muy teórico, no creo que el Gobierno se anime a forzarlo”.
Luego fue el turno de hablar de la situación judicial del vicepresidente Amado Boudou en el caso Ciccone y por qué aún sigue en el poder. “Pienso que hizo el laburo para alguien”, sostuvo Longobardi. Y Lanata acotó: “Vos no podés tenes la máquina de hacer billetes sin que el Presidente se entere”.
“Boudou debe haber sido quien hizo la ingeniería financiera (de Ciccone), y esto explica por qué sigue siendo el vice. Sabe mucho y quedó engrampado en una situaciones muy compleja. Si Boudou se va es un despelote, y si se queda también. La Presidenta va a tener que optar por uno de esos dos males”, se explayó Longobardi. Mientras que Lanata consideró que, “de acá a unos meses, le van a tomar indagatoria a Boudou” por el caso Ciccone.
Un par de risas le sacó Mirtha a sus invitados cuando suelta de cuerpo les preguntó: “Ustedes le entienden a Capitanich cuando habla? Yo no lo entiendo”. Los dos se rieron, sugirieron que habla difícil para no nombrar las cosas por su nombre y Lanata acotó: “El Gobierno no habla de inseguridad, a la inflación no la menciona, y a la impunidad mucho menos”.
Así, Chiquita se metió de lleno con el futuro de la Presidenta. Longobardi dijo que él “no esperaría sorpresas ni cambio” y explicó: “Le reprocho de todo. Si tengo que elegir lo más importante, creo que es el desmanejo económico que ocurrió después de que Cristina ganara las elecciones de octubre. Ella imaginó un golpe y por eso mandó el cepo (cambiario)”. Y Lanata fue tajante: “Ellos también perciben que el kirchenismo se terminó...Creo que Cristina se creyó su propia mentira y cree que está haciendo la revolución”.

domingo, 23 de marzo de 2014

TELAM PARA LA VICTORIA CON PERIODISTAS MERCENARIOS


Por Jorge Lanata
El periodismo militante es una contradicción de términos: los periodistas preguntan, los militantes responden; los periodistas dudan, los militantes creen; los periodistas ejercen la inteligencia crítica, los militantes son intelectuales orgánicos.
Son términos incompatibles. La agencia oficial de noticias Télam se ha transformado, en la década robada, en el símbolo más brutal de esa contradicción. Le sobran antecedentes: “Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo.
Soy primero militante, después periodista ”. El autor de la frase, Carlos Martín García, presidió la agencia en 2010. Como escribió en aquel momento Pablo Sirvén en La Nación, “por mucho, muchísimo menos que eso debió renunciar en tiempos de Raúl Alfonsín a la jefatura de Télam el periodista Hugo Gambini: cometió la nimiedad de haber subido al servicio una gacetilla sobre el contenido de su revista Redacción”.
“El periodismo militante como forma exclusiva de periodismo me parece muy peligrosa, incluso para el que cree que se beneficia con el periodismo militante.
He visto la decadencia de la credibilidad del periodismo en Cuba, donde a nadie le interesa leer Granma, que ya ni siquiera se exhibe. Esto pasa porque la gente que compra un diario se imagina que tiene información”, afirmó Rogelio García Lupo en una entrevista de MDZOL. García Lupo, militante, fundó Prensa Latina en La Habana y, junto a Walsh, el diario CGT de los Argentinos, en Buenos Aires.
“Desde el momento en que un periodista se inclina ante las banderas de un gobierno o de un partido pierde su dignidad, pierde su independencia y, por consiguiente, no está haciendo periodismo sino caricatura de periodismo ”, sostuvo Javier Darío Restrepo, a cargo del consultorio ético de la Fundación Nuevo Periodismo, de Gabriel García Márquez.
“Nosotros venimos a militar, nuestro trabajo, nuestro rol es ese”, le dijo una de las chicas que ingresó a la agencia de noticias el último año a un periodista de carrera de la agencia. Le había preguntado si sabía algo de la profesión. En la Télam de Santiago “Patucho” Álvarez trabajan 900 personas, el doble que en los años de Menem. Y para junio todos se integrarán a la planta permanente.
Desde que Patucho, hombre fuerte de La Cámpora, amigo de Eduardo “Wado” De Pedro y Mariano Recalde e hijo del ex ministro de Bienestar Social de La Pampa que fue investigado por presunto enriquecimiento ilícito, tomó la presidencia de Télam, en febrero de 2012, ingresaron a la agencia 60 nuevos empleados. “Son todos Cámpora puro, vinieron a militar, pero acá el problema que tienen es que tienen que escribir y no tienen ni la menor idea de lo que es una noticia ”, sentenció un trabajador de prensa.
Las órdenes en Télam son claras y no se discuten. Hace poco más de una semana, Diego Galiano, profesional de carrera a cargo del portal de Internet de la agencia se enteró de que lo iban a correr. Patucho tenía a su firma el nombramiento del camporista Federico Scigliano, periodista militante, como jefe del portal de Internet de Télam, que recibe 70 mil visitas diarias. A La Cámpora no le gusta cómo se jerarquizan las noticias en el sitio.
Para 2014, Télam tiene un presupuesto de $ 400 millones, sin contar partidas extraordinarias, de los cuales el 80%, en palabras de Patucho, se destina al pago de salarios.
Hoy, un redactor de la agencia estatal que recién comienza cobra unos $ 9 mil, mientras que un prosecretario de redacción está en $ 16 mil y un secretario en $ 20 mil. Los gerentes tienen otro precio. Hoy en Télam cualquier gerente recibe un salario promedio de $ 30 mil y son casi el triple de los que había en tiempos menemistas cuando la agencia era “un festival de despilfarro”. El salario del gerente periodístico, Fabián “Conu” Rodríguez, igual que el del presidente de la agencia, está por fuera de convenio y supera ampliamente los valores del resto de los empleados.
Aunque Télam es la agencia de noticias del Estado y no del partido de Gobierno, son pocos los Presidentes que supieron entenderlo. Como si fuera un Ministerio más, loteó oficinas y pagó favores políticos con cargos. Los viajes con los que se solía “premiar” a redactores, ahora se destinan a la militancia. Por ejemplo, “Conu” Rodríguez estuvo con la Presidenta en Francia, cubriendo la gira oficial con caja de Télam. “Hace un tiempo que los principales viajes los hacen los gerentes; antes iban los redactores, la gente que labura, que sabe”, definió un periodista de la redacción. “El servicio periodístico tiene una bajada de línea total, hay temas que directamente no salen, operan absolutamente contra todo aquello que no sea kirchnerista. Hay algunos que directamente no pueden salir, como Elisa Carrió, Hugo Moyano o Pablo Micheli. Todo lo que se aparte de la línea discursiva de acción de la Presidenta se opera o se tergiversa ”, contó un trabajador de Télam.
Pero el enojo que mastican muchos de esos 900 empleados por estos días en Télam no tiene que ver con los viajes a Europa del Conu o a China de Pablo Taricco, otro camporista al frente del área de Audiovisual, sino con los premios y castigos según pertenencia política. En diciembre del año pasado, después de la campaña electoral, Patucho firmó la efectivización de cinco empleadas administrativas del área de ventas. Un sector sensible: es el que despacha la publicidad oficial, el que le paga a Diego Gvirtz o a Sergio Szpolsky. Esas cinco empleadas entraron a Télam por su militancia en La Cámpora. A Nuria Olmos, Romina Rado, Débora Ortiz de Zárate, Soledad Zunino y Verónica Daleira no las premiaron por años de antigüedad o eficiencia en la agencia sino por su trabajo en la calle.
“En los meses de las elecciones veíamos cómo en pleno horario de trabajo estos pibes iban a repartir las boletas de Daniel Filmus”, cuenta a Clarín una periodista de Télam a la que, como a muchos otros, la irritó sobremanera enterarse, en diciembre del año pasado, que varios de esos “militantes” eran puestos como planta permanente antes que otros que llevaban años esperando.
Algunas de ellas fundaron en agosto del año pasado “Télam Para la Victoria” (TPV) y expresan en su acta fundacional: “Periodistas, técnicos y administrativos que cumplimos actividades laborales en la agencia nacional de noticias, decidimos crear TPV, una organización política, social y cultural”. En ese documento afirman que adhieren al modelo nacional y popular y advierten que “es fundamental impulsar, desde todos los frentes, el obligado y merecido debate para la conquista de la batalla política y cultural, en disputa permanente desde la creación de la Patria. Y los trabajadores de Télam somos parte de ese frente en la batalla”; por eso “impulsamos a los compañeros que no han dejado sus convicciones en la puerta de la agencia, a integrarse” a la nueva agrupación.
Fue por esas cinco efectivizaciones de diciembre –que el gerente general, Esteban Carella, definió como “orden política”–, que Patucho cedió ante los reclamos de la comisión interna y el directorio firmó un plan de efectivización por etapas que se completará en junio. Así, quienes ingresaron por “compromisos políticos” sin conocer “ni lo que es una crónica y mucho menos cómo escribirla”, seguirán formando parte de Télam, inclusive, cuando cambie el color político del Gobierno.
En febrero, todo el área periodística de Télam se mudó a un nuevo edificio en la avenida Belgrano, y hay fallas de todo tipo. “No tiene nada que ver con el funcionamiento de una redacción”, dicen. En el fondo no importa, porque no lo es.
Investigación: JL / María Eugenia Duffard / Amelia Cole