A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 30 de junio de 2014

DOS GOLPES LETALES PARA CRISTINA

Si no lo proceso yo, me van a procesar a mí”. Esa fue la frase que más repitió Ariel Lijo en la última semana, antes de firmar el procesamiento a Amado Boudou por el escándalo Ciccone. El comentario habría aludido a dos cosas: la cantidad notable de pruebas que tiene acumuladas contra el vicepresidente y la estrategiadilatoria de la defensa que estaba en el umbral de colocar al juez casi en el ridículo.
Ese plan de Boudou, sus amigos y sus abogados, al cual fue permeableCristina Fernández, habría terminado por acelerar los tiempos. El juez no podía aguardar para su decisión hasta bien pasada la feria judicial de invierno, como pareció ser el propósito de los sospechosos. No dejó de pesarle, sin embargo, la coyuntura en la cual le ha tocado actuar: con el vicepresidente representando a la Argentina en una gira por el exterior; con la Presidenta en estado de jaque, otra vez bamboleándose cerca del default, a raíz del conflicto con los fondos buitre y con la Justicia de Estados Unidos.
Si se observan al trasluz ambos conflictos se podría descubrir, tal vez, un hilo conductor: la negligencia política de Cristina.
Producto de errores y de obstinaciones. Desatendió por años el pleito de los holdouts que desafiaron los canjes de la deuda. Tuvo un comportamiento indolente cuando conoció los fallos desfavorables en primera y segunda instancia judicial. Descansó luego en un milagro salvador de la Corte de EE.UU. que le hubiera concedido seis meses de respiro, aunque nunca una solución de fondo al problema de la deuda externa. Desde el verano del 2012 decidió convivir con el peso de Boudou y el escándalo Ciccone. Para sostener esa convivencia permitió atropellos al Poder Judicial inéditos durante los 31 años de democracia. Echó al procurador general, Esteban Righi, desplazó al juez Daniel Rafecas e impugnó al fiscal Carlos Rívolo.
El menemismo, en ese sentido, pasó a ser una pesadilla menor.
Cristina y el kirchnerismo, luego de la decisión de Lijo, quedaron sumidos en la perplejidad. Esta vez la Presidenta no podría alegar, como lo hizo presuntuosamente con el veredicto del alto Tribunal de EE.UU., que sabía lo que iba a acontecer. Todo lo contrario: convalidó la gira de Boudou a Cuba y América Central, persuadida de que se podía ganar tiempo.
Aunque a la larga el final sería inevitable. El jueves 12 cenó en Olivos con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y con el titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIE), Héctor Icazuriaga. Esa noche convinieron que, de agravarse el proceso como acaba de ocurrir,el vicepresidente debería dar un paso al costado. Un pedido de licencia hasta que la Sala I de la Cámara Federal resuelva la apelación que será presentada por el fallo de Lijo.
Si ese paso al costado llegara finalmente, resultaría tardío para aliviar el costo político que el escándalo está insumiendo a Cristina. Incluso, hasta podría ponerse en discusión la propiedad política del desenlace: la oposición salió en forma casi unánime, luego de dictado el procesamiento, a reclamar el apartamiento del vicepresidente.
La Presidenta, para colmo, ya no parece tener a su lado sólo a un funcionario bajo sospecha. La acusación de Lijo avanzó mucho más de lo que se suponía: acusa a Boudou de cohecho pasivo. Para entenderlo: así se califica a alguien que recibió un beneficio ilegal. Agravado también por el rango de su investidura pública. No habría sido, como se machacó mucho tiempo, sólo un tráfico de influencias o el intento de adquirir una imprenta para dedicarse a la confección de millones de billetes moneda nacional. La mancha oprobiosaamenazaría con extenderse sobre otras áreas del Gobierno. El magistrado, en su extensísimo fundamento, menciona haber detectado hechos tendientes a acunar y prebendar al vicepresidente. Recala en la Jefatura de Gabinete y en la Secretaría de Comercio. Apuntaría sobreJuan Manuel Abal Medina (actual embajador en el Mercosur), por la impresión de las boletas electorales que realizó la imprenta Ciccone para las elecciones del 2011. Y sobre Guillermo Moreno (actual agregado económico en la Embajada de Italia) por cierta presión comercial sobre la familia Ciccone.
Habría además otro dato para subrayar. El único de los seis implicados por Lijo en el caso al cual no aplicó la acusación de cohecho fue a Rafael Resnick Brenner, el ex jefe de asesores de la AFIP que autorizó el plan excepcional de pagos para levantar la quiebra de Ciccone. Pareciera claro que la información que aportó al expediente Ricardo Echegaray, el jefe recaudador, habría sido clave para la investigación del juez.
Eso desnudaría las intrigas palaciegas que desató el escándalo.
Y las que todavía podrá seguir desatando.
Cuando Lijo recibió en las últimas horas el pedido de ampliación indagatoria que hizo el abogado de Boudou, ya tenía resuelto su procesamiento.
A las pruebas recogidas por él y por el fiscal Jorge Di Lello añadió los siguientes episodios. El reportaje que el vicepresidente concedió a TNdurante el cual las respuestas a los principales interrogantes fueron muy insolventes.
También, el plan elusivo urdido por José Núñez Carmona, socio y amigo de Boudou; de Alejandro Vandenbroele, su presunto testaferro para adquirir Ciccone, y de Guido Forcieri, el ex jefe de asesores del vice cuando oficiaba de ministro de Economía. Los dos primeros se negaron a responder preguntas. Forcieri nunca se presentó excusándose por las ocupaciones como delegado argentino en el Banco Mundial. Lijo está detrás de la llamada que recibió Forcieri en su escala en Dallas de regreso a Buenos Aires. Después de esa llamada regresó a su sede en Washington.
Cristina y los suyos nunca prestaron debida importancia a todas esas evidencias. Y pretendieron empujar el escándalo sólo a un terreno político. También, mirado con detenimiento y aunque pueda parecer sofisticado, existiría algún hilo conductor entre lo que hicieron con Lijo y lo que pretenderían hacer con Thomas Griesa, el juez estadounidense que le dio la razón a los fondos buitre e hizo estallar un enorme problema con la deuda externa argentina. El kirchnerismo pretendió, fallidamente, desplazar a Lijo. Siempre enfiló su munición pesada contra Griesa, como si fuera el único responsable (más allá de la responsabilidad objetiva que le cabe) por el revés con los holdouts. Ante cada uno de esos hechos consumados el Gobierno asoma siempreerrático e inerte.
¿No estarían actuando de esa manera, acaso, Cristina y Axel Kicillof para salir del laberinto tendido por Griesa y aprovechado por los fondos buitre? Esa conducta, quizá, tenga también relación con uno de los últimos pronósticos que recibió el ministro de Economía de parte del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, que defiende en Nueva York los intereses argentinos. En el mes de mayo (semanas antes del veredicto adverso) ese buffet de abogados envió un análisis de situación a Kicillof. Y evaluó: “Como hemos discutido recientemente en las reuniones que hemos mantenido, nos parece a Paul Clement y a nosotros que una denegatoria del pedido de certiorari (solicitud de revisión de la legalidad de un fallo) en la primera oportunidad que tenga la Corte para expedirse es el escenario menos probable, pero no deja de ser una posibilidad”. Finalmente esa posibilidad se convirtió en un hecho.
Las cabezas de aquel estudio de abogados son Jonathan Blackman, Carmine Boccuzzi y Carmen Corrales. ¿Quién es Clement, ese consultor mencionado? Se trata de un abogado republicano de Wisconsin, cerca de la frontera con Canadá, que fue procurador general de George Bush entre 2004 y 2008. Ofició como representante del gobierno ante la Corte Suprema de EE.UU. Entendido, por los antecedentes, sobre el paño judicial.
Pese a no creer con firmeza en la posibilidad de un revés, los especialistas desarrollaron tres escenarios posibles para afrontar el conflicto. La primera opción habría sido pagar la deuda en mano de losholdouts en su totalidad antes del vencimiento del plazo para el pago de la deuda reestructurada. Pero la desecharon por dos motivos. Porque el Gobierno no estaba dispuesto a dar ningún trato preferencial a los fondos buitre. También porque carece de los recursos monetarios necesarios.
La segunda opción aconsejada fue llegar a un arreglo con los fondos buitre.
Hicieron una descripción pormenorizada de las dificultades del trámite. Subrayaron que los holdouts podrían exigir un porcentaje sumamente alto de su reclamo avalado por Griesa. Y advirtieron las dificultades que generaría con los bonistas que aceptaron los canjes. Este curso de acción sería el que ahora está en marcha. La tercera opción planteada por la defensa argentina consistía en no pagarles a los fondos buitre ni a los tenedores de la deuda reestructurada, disparando un default que caería bajo la responsabilidad de la Justicia estadounidense.
Luego de ese hipotético default, nuestro país no se encontraría bajo ninguna restricción legal para reordenar de nuevo toda la deuda.
Tanto la vieja como la nueva. Hasta arriesgó que esa maniobra podía realizarse evitando a futuro el alcance de los tribunales estadounidenses.
¿Estarían tanteando Cristina y Kicillof la posibilidad de otro default global, agitando a Griesa como un demonio, si no lograran encarrilar una negociación? Suena a verdadera locura, pero no habría que desecharla en un Gobierno huérfano hace rato de sentido común.
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domingo, 29 de junio de 2014

EL OTRO MUNDIAL DE BRASIL SE JUEGA DE NOCHE




En las calles de Río de Janeiro, todas las noches se juega otro Mundial. Es una competencia en la que solo gana el que encara con insistencia. En el que es necesario no sentir la presión de jugar de visitante. Y en el que prospera, paradójicamente, el que esquiva las gambetas del adversario.

Es la Copa del Mundo del levante, esa que llena de adrenalina a los hinchas argentinos que, cuando cae el sol detrás de los morros, se ponen su mejor ropa, para romperla y llevarse un premio: pueden ser unos besos o inclusive algo más.

A partir de las 19 –a las 18:30 ya es de noche en Río de Janeiro– cientos de argentinos se instalan con sus heladeritas o conservadoras de telgopor, alguna botella de fernet y muchas latas de cerveza para hacer la previa en Copacabana.

Centro neurálgico del tránsito de los fanáticos de todo el mundo que llegaron a Brasil 2014,  los argentinos despliegan una marca hombre a hombre. Chica que ven caminando, la encaran como Messi, aunque sin el mismo resultado.

Las frenan, le ofrecen un trago de fernet, las abrazan y se comunican en portuñol por unos minutos. Tienen su propia hinchada –los amigos– que los arengan hasta que ven que el resultado es irreversible, y no pasa del empate digno.
Lo mismo ocurre en la playa, inclusive con más éxito, durante el día. Los partidos de Brasil, donde los argentinos “ganaron” varios mano a mano y pudo verse a muchos besando chicas con la camiseta verdeamarela, mientras otros cantaban “somos locales otra vez”.

El "Maracaná" del levante argentino es Lapa, un barrio de bares en el que que todas las noches se reúnen a miles de hinchas hasta hacerlo colapsar. Allí "los nuestros" tienen más suerte.

A diferencia de Copacabana, se ve cómo muchos consiguen arrebatarles besos a fanáticas de otros países, inclusive brasileñas, a pesar de la rivalidad de "hermanos" que está latente a toda hora en la Copa del Mundo.

Lo idea en Lapa es caminar la calle, comer algo en los carritos –que ofrecen desde "cachorros quenti" (panchos), pasando por bolinhos de frango (pinchos de pollo envueltos en panceta), hasta comida china– tomar una caipirinha y encarar, en tiempo de descuento, cuando muchos –y muchas– no quieren irse a dormir solos.

Joe Fernández, empresario, músico, astrólogo y autor del libro "Cómo conseguir chicas", también está en Brasil y, en diálogo con Clarín, desde el bar Emporio de Ipanema, analizó la estrategia de los argentinos para encarar.

"El argentino tiene que dejar de hacer cualquiera, acá se creen que porque le regalás una cerveza a una mina te la podes chapar y no es así, la carioca es más relajada, además prefiere el chamuyo en inglés que en portuñol berreta", explica Joe.

Fernández saca una cuenta. "Estamos en el Mundial del fútbol, acá el 90% de los hinchas son hombres, hay pocas mujeres, entonces antes de ponerse cargoso, lo mejor es mostrarse distante. Compras dos cervezas, le das una a la chica y te vas, después volves a la hora y le decis: ¿estaba rica?", aconseja.

"Yo te estoy haciendo una propuesta seria, somos tres y tenemos 150 reales". La frase forma parte de otra faceta de la noche de Río: la prostitución, otro realidad de Brasil 2014. Se la dice un argentino con la camiseta de River a una despampanante garota, que se niega a aceptar la oferta.

Cuando aún en la cidade maravillosa no había clima mundialista, un lugar explotaba de hinchas. De día y de noche, a metros del Fan Fest, decenas de mujeres cautivaban con sus miradas a los turistas que llegaron a Brasil para vivir la fiesta del fútbol.

Hinchas de las 32 selecciones pasan por allí día a día, sobre todo bien entrada la noche, para "comprar" sexo (la prostitución es legal, pero está prohibido el proxenetismo) ante la atenta mirada de la policía y en medio de una gran campaña contra la prostitución infantil, el gran flagelo que también tiene lugar en el Mundial Brasil 2014.

sábado, 28 de junio de 2014

CONDENAN A MOYANO EN UNA CAUSA DERIVADA DE LA TRIPLE A

EL "NEGRO" MOYANO EN SU EPOCA EN MAR DEL PLATA A LA IZQUIERDA MUÑOZ
Si el juez Norberto Oyarbide “descajoneara” la causa que investiga los crímenes de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) en los años 70, algunos políticos y sindicalistas podrían entrar en pánico. Pero hay uno en particular al que los expedientes conexos ya perturban: es Hugo Moyano.
El juez civil de Mar del Plata Juan Pablo Rodríguez ordenó que el titular de la CGT, la Federación de Camioneros y el abogado del gremio Daniel Llermanos indemnicen con 70 mil pesos más intereses ($ 140 mil en total) a un hombre que vinculó a Moyano con la banda parapolicial capitaneada por José López Rega, ministro de Bienestar Social de los presidentes Juan Perón e Isabel Perón.
Carlos Petroni es un ex militante del PST que fue aceptado como querellante en la causa que investiga a la Triple A por haber sufrido un atentado. La víctima contó a PERFIL que “a principios de 2007 acusé de intento de asesinato a los miembros de la Concentración Nacional Universitaria (ligada a la Triple A en Mar del Plata) y vinculé a Moyano y a la Juventud Sindical Peronista (JSP), así como a la CGT-Mar del Plata, que él dirigía, como partícipes de la asociación con esa banda terrorista”.
Petroni enfatizó que existía una “íntima relación de los integrantes de la CNU” con Moyano. Sus afirmaciones fueron incorporadas por la Cámara Federal de Mar del Plata al Juicio por la Verdad desarrollado en la ciudad balnearia y ratificadas ante Oyarbide, que sustancia la causa madre.
La víctima sostuvo en el expediente que “en los 70, Moyano mantuvo estrechos lazos operativos, políticos, sindicales y hasta económicos con los integrantes de esa banda, particularmente sus jefes operativos, los doctores Ernesto Piantoni (ex líder de la CNU ya fallecido) y (el ex fiscal) Gustavo Demarchi”.
Para desacreditar ese testimonio, Moyano y la Federación de Camioneros pagaron una solicitada, que apareció el 21 de abril de 2007 en Clarín firmada por el hermano de la víctima, Fernando Petroni, también condenado por Rodríguez.
Allí se acusó a Carlos Petroni de “mitómano” y se afirmó que vivía en Estados Unidos al momento de los hechos denunciados. Por eso, el testigo les inició una querella penal, que ya prescribió, y otra civil por “calumnias e injurias”.
En el fallo, al que tuvo acceso PERFIL, Rodríguez aclaró que “las expresiones utilizadas por los demandados para referirse al actor en la solicitada, como la palabra ‘mitómano’, así como el calificativo de ‘enfermo’ empleado por Moyano (…) o el de ‘enfermito’ al que se refiere una testigo, son disvaliosas tanto en el ámbito privado como en el social”.
Como si fuera poco, se encuentran en trámite otros dos juicios contra Moyano por la aparición de solicitadas contra Petroni en diarios de Mar del Plata. El pasado setentista parece perseguir al líder de la CGT.

viernes, 27 de junio de 2014

TRISTE HISTORIA DETRAS DE LA MAYOR GOLEADA EN UN MUNDIAL


A Luis Baltazar Ramírez Zapata le decían El Pelé. Era una de las figuras del seleccionado de El Salvador que había llegado al Mundial de España 1982. Eran tiempos de guerra civil en su país y el fútbol resultaba una suerte de ventana a través de la cual se podía mirar otra cosa que no fueran horrores. El, como la mayoría de sus compañeros, vivió las consecuencias en el ámbito propio -el del deporte- y padeció esas novedades que contaban muertes y daños multiplicados. A Europa, en aquella segunda participación en la máxima cita, todos ellos llegaron del peor de los modos: un viaje organizado y acordado a último momento que tuvo cinco escalas antes de llegar a destino; se entrenaban entre tiroteos y toques de queda; en nombre de llevar a más dirigentes, dos futbolistas se tuvieron que quedar (en la lista de buena fe presentaron 20 en vez de 22); las pelotas en las prácticas eran escasas; y el alojamiento -cuentan- no estaba a la altura del evento y de las circunstancias. Al margen de ese contexto hostil, los salvadoreños -quizá mal informados en tiempos en los que Internet era ciencia ficción- subestimaron a Hungría y salieron a jugar de igual a igual. "Los diez goles recibidos fueron el desenlace lapidario y previsible, sobre todo para esos dirigentes que se habían olvidado de los futbolistas, los mismos que habían logrado la imborrable clasificación", cuenta -ante la consulta de Clarín- el periodista Gustavo Flores, de El Diario de Hoy, de El Salvador.
El debut del seleccionado centroamericano fue histórico y devastador: el 10-1 de Hungría constituyó -y constituye aún ahora, con Brasil 2014 en marcha- la máxima goleada en la historia de las Copas del Mundo. Sin embargo, aquel único gol de Ramírez Zapata es aún hoy el mayor motivo de orgullo en la vida futbolística de El Salvador. "Ese remate final fue todo", dicen varios de los consultados en el documental Uno. La historia de un gol, dirigido por Gerardo Muyshondt y Carlos Moreno. Sucede que aquel festejo del honor fue el único en las dos presentaciones de El Salvador en el gran escenario. Fue -y es- la más linda cicatriz en la historia de La Selecta. Por eso, aunque poco o nada se cuenta de él en las televisiones y en los diarios del mundo, Ramírez Zapata sigue siendo El Pelé, el dueño de aquel grito que todavía se escucha.
En aquel equipo salvadoreño, curiosamente -o no tanto-, jugaba un crack al que compararon con Maradona. No se llamó Diego Armando. Al momento de su nacimiento, sus padres le ofrecieron una larga denominación en el registro civil: Jorge Alberto González Barillas. El tiempo y su juego repleto de audacias lo cambiaron. De nombre y de recorrido: lo llamaron Mágico y fue mágico. Por aquellos días de 1982, él se destacaba en el FAS y ya figuraba en los planes de algunos equipos de España (entre ellos, el Barcelona). Tras un puñado de firuletes inverosímiles en la Copa del Mundo, lo contrató el Cádiz. Luego, ya leyenda, de él se hicieron documentales y obras de teatro; se gastaron adjetivos en sus descripciones; lo rodearon de mitos y de rumores; lo instalaron como ídolo perpetuo, como personaje de culto. En ese camino, él se describió a sí mismo mejor que cualquiera: "Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme". Aquel 15 de junio, en el Nuevo Estadio de Elche, el MágicoGonzález -cansado del largo viaje, fastidioso- no pudo divertirse. Sus compañeros, tampoco. Sin embargo, él, como todos, compartió el silencio de sepulcro en el vestuario de la derrota.
Enfrente no había un equipo estelar. Hungría no era, de ninguna manera, un representante de su vieja guardia de estrellas, con Ferenc Puskas como principal exponente. Nada de eso. Esa goleada fue un hito asombroso y sin continuidad. Hungría tuvo, en esa cita de España, su penúltima participación en una Copa del Mundo. Un año antes, en el verano del Hemisferio Sur, se había preparado para las Eliminatorias en Sudamérica. Y hasta se llevó una derrota para preocupar: 2-1 frente a Huracán, en el Palacio Ducó. Las preocupaciones las deshizo pronto en el Viejo Continente: ganó el Grupo 4 (por encima de Inglaterra) y se clasificó al Mundial.
El debut húngaro incluyó otro récord: Laszlo Kiss -ingresado a los 11 minutos del segundo tiempo- convirtió tres goles en ocho minutos. Los otros siete fueron obra de Tibor Nyilasi (dos), Laszlo Fazekas (dos), Gabor Poloskei, Jozsef Toth y Lazar Szentes. Pero el paraíso duró sólo ese largo suspiro de noventa minutos. Tres días más tarde, en Alicante, Argentina venció al equipo de la goleada por 4-1, con una actuación de Maradona a lo Maradona. El tercer partido, frente a Bélgica, fue también la eliminación: el gol de Alex Czerniatynski, faltando un cuarto de hora, fue el del 1-1 y el del adiós a la Copa del Mundo.
Mientras tanto, en los dos partidos siguientes de aquel grupo 3, El Salvador tuvo actuaciones decorosas. Se rearmó tras la debacle, priorizó los cuidados defensivos y se llevó dos derrotas razonables: 1-0 frente a Belgica y 2-0 contra Argentina, que defendía el título con Maradona, Mario Kempes, Daniel Passarella y César Menotti. En esos dos partidos, los salvadoreños escucharon algunos aplausos: los españoles los habían adoptado. Era un reconocimiento a una lucha: la de buscar y la de creer, a pesar de la peor de las goleadas. A pesar de todo.
Pero la goleada duró más allá del Mundial. Aquellos jugadores que -con la histórica clasificación a España 1982- habían conseguido convertirse en héroes y transformar un país fracturado en el idilio de noventa minutos, llegaron a su tierra y percibieron el cambio de escenario:todos los rechazaron. En sus equipos, a varios les interrumpieron los contratos. La peor parte se la llevó el arquero, Luis Guevara Mora. A él intentaron matarlo: el auto en el que se trasladaba recibió 22 balazos. Un milagro lo mantuvo con vida. Tenía 17 años. Había mentido su edad a las autoridades de la Federación para poder cobrar los viáticos por su participación en la Copa del Mundo.
El mismo Guevara Mora estuvo la última semana en el programa Los Provocadores, de la radio salvadoreña. Allí contó sus sensaciones de aquella goleada que resucita cada cuatro años. "Cada vez que empieza un Mundial me acuerdo de las cosas lindas que pasaron y nunca de las feas. De que la clasificación fue una alegría para todos los salvadoreños que vivían tiempos muy tristes con la guerra. Y el fútbol fue casi una isla en todo ese conflicto", expresó. Lo habitaba una sensación: estaba orgulloso de lo vivido y de lo compartido con La Selecta. Los diez goles recibidos, al cabo, son todavía la huella de la última participación salvadoreña en un Mundial. Nada menos.

jueves, 26 de junio de 2014

MUNDIAL: ARGENTINA EN UN CAMINO ACCESIBLE


Por Diego Macias

Con Alemania agarrando la ruta de Brasil y el resto de los sudamericanos, en el camino de Argentina está primero Suiza. Y luego llegarían el ganador de Bélgica-USA y en una supuesta semi se candidatea Holanda o México. Vamos despacio, pero mirando de reojo. Soñá con estos viajes en esta info especial de Olé...

La llave está servida. No es mirar desde arriba, no es mostrarse arrogante, sino realista. El camino de la Argentina, soñando con algo grande, es el más accesible. Después de haber terminado primero, no tiene a campeones del mundo entre sus posibles rivales hasta una posible final. A ver: después de haberle tocado el grupo más débil, ahora tiene a Suiza (respetable, pero no es potencia) en San Pablo, el martes a las 13, y luego tocaría Bélgica o Estados Unidos, ninguno fácil pero tampoco cuco.
Que la llave no tape el bosque: para soñar con algo grande hay que mejorar en el fondo, la Selección no está para poner las manos en el fuego garantizando un triunfo. Pero seguro que no es lo mismo cruzarte con Brasil, Uruguay, Alemania en octavos o cuartos que con los potenciales rivales. Si se dan las semifinales, algo que no se consigue desde hace 24 años, el que salga venceder de dos series: Holanda-México y Grecia-Costa Rica; lo más complicado serían los de Van Gaal, a priori.
En cambio del otro lado el mapa es totalmente opuesto porque hay varios campeones del mundo y Brasil tiene en el horizonte a Chile y después a un sudamericano de nuevo: Colombia o Uruguay, todos difíciles. Del otro lado, Alemania se cruzará con un débil y después Francia o Nigeria. Conclusión: en semis, Brasil o cualquier otro sudamericano tendría a los alemanes o a los franceses.
La llave está servida, pero hay que jugar y demostrar. El golpe de suerte está, empezó en el sorteo y siguió con los resultados. Y ya que se puede venir Holanda, hay que sacarle el jugo...

EL MORDEDOR URUGUAYO Y SU HISTORIA DE AMOR


Nadie niega que cuando juega con la camiseta uruguaya Luis Suárez le hace honor a su promesa de “amor a la celeste“. Pero detrás de esa pasión que tiene el delantero, hay otro gran amor por el que luchó tanto como el partido con Ghana en las semifinales de 2010 o por los dos goles que le marcó a Inglaterra con el que salvó el pellejo de los charrúas en Brasil 2014.
Se trata de Sofía Balbini, de quien se enamoró cuando tenía 15 años y vivía una situación complicada: sus padres se habían separado y vivía con su mamá y sus seis hermanos, sin ninguna facilidad económica. Barría las calles de Montevideo y cuidaba autos para ayudar en su casa; entrenaba en Nacional pero pensaba en dejar el fútbol, seducido por el mal camino del alcohol y la noche.
Fue entonces, un buen día de 2002, cuando el crack ya había cumplido los 15, que una joven rubia y con cara angelical dos años menor que él, le pidió que no deje el colegio. Él la conquistó “como pudo” y ambos comenzaron una linda relación juvenil.
La conocí en la edad perfecta. Era un adolescente, pero la conocí en el momento justo, porque ella no es la que me guió el camino, sino la que me ayudó a corregirme, a darme cuenta quiénes eran mis amigos y quiénes no”, recordó Suarez, en declaraciones citadas por el diario Depor de Perú.
Para Luis fue un renacimiento. Sofía vivía en un típico hogar de clase media, mucho más solvente que la difícil situación que atravesaba Suarez. Pero las diferencias sociales no impedían que la relación fuera “de maravilla”. Si bien todo lo que ganaba lo destinaba a su casa, según contó, “llegué a vender cosas para comprarle regalos a ella, había que hacer un esfuerzo por el amor”.
Pero el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno. Todo se derrumbó para el joven Luis cuando la familia de Sofia, que lo aceptaba como un integrante más, decidió irse a vivir a Barcelona por la crisis económica que afectaba a Uruguay en 2003. Suárez no lo podía creer.
“El día que nos despedimos, yo con 16 años y ella a punto de cumplir 14. Era un ‘adiós, un gusto haberte conocido’ y no un ‘nos vemos’, por mi situación económica y por la de ella, que se iba buscando una mejor calidad de vida”, relató el delantero sobre aquel momento triste. Según le contó al diario de Perú, ese día lloró terriblemente.
Dejó el fútbol, su vida volvió a no tener sentido otra vez. Nada parecía satisfacerlo y como jugador le decían que no era un “proyecto serio”. Si bien seguía comunicandose con Sofía por internet, no era lo mismo. Ahí apareció una frase que Suarez recuerda como una verdadera salvación: “O centras tu vida o te vas de aquí“, le dijo Ricardo ‘Murmullo’ Perdomo, su entrenador en menores.
Fue allí cuando Luis Suarez, de 16 años,  vio una pequeña luz de esperanza. Sabía que tenía condiciones para jugar al fútbol y que esa podría ser la llave para llegar al viejo continente y reencontrarse con Sofía.  Entonces se reinventó como futbolista y dejó todo por su profesión que, a su vez, era dejarlo todo por su enamorada.
Con su debut en la primera división de Nacional, unos dirigentes del fútbol de Holanda se volvieron locos por él. A los 19 años logró que lo contraten del Groningen  holandés. Sólo le faltaba un paso más para llegar a su amada, y a los pocos meses lo dio: fue a Barcelona a pedirle a Sofía, de 16 años, que se mudara con él.
Ambos hablaron con los padres de ella. Luis les explicó que desde que no vivía con Sofía “no tenía estabilidad”. Que ni siquiera sabía inglés y que necesitaba tenerla cerca. “Aunque la gente no lo pueda creer, con 16 años y yo con 19 recién cumplidos se fue a vivir conmigo a Holanda, a un país que no conocíamos. Hicimos muchas cosas y hoy en día las estamos valorando muchísimo, las disfrutamos y tenemos la familia que siempre quisimos tener”, recuerda ahora.
La relación creció al calor de su carrera como deportista. En marzo de 2009 tuvieron su casamiento. En agosto de 2010 -cuando terminó el mundial de Sudáfrica- nació Delfina. “Lo que más disfruto de mi hija es verla cuando se despierta. Siempre está recontenta y nos mira y se le ilumina la carita. Son momentos que disfruto mucho. Cosas que no imaginaba”, se sinceró.
En septiembre de 2013, ya consagrado como uno de los delanteros más temidos de la Premiere League, nació el segundo hijo de la pareja: Benjamín. La historia podría estar basada en un cuento de Hadas, pero todos saben que cuando Luis Suarez entra a la cancha se transforma.

miércoles, 25 de junio de 2014

AL BORDE DE LA CORNISA FINANCIERA

Por Miguel Kiguel
¿Está Argentina en peligro de sufrir un nuevo default? El riesgo existe pero la respuesta no es obvia, especialmente porque el país se encuentra entre la espada y la pared y tendrá que elegir entre diferentes opciones en las que algunas tienen un alto costo financiero para el país y otras un alto costo político y económico.
Luego de las reestructuraciones de la deuda pública que se llevaron adelante en el 2005 y 2010 Argentina logró canjear algo más del 92% de los bonos que originalmente entraron en default en el 2001. Los bonistas rebeldes, los llamados holdouts, que no aceptaron la quita optaron por la vía judicial reclamando el total de la deuda original, más intereses, más punitorios.
La justicia falló a favor de los holdouts en primera y en segunda instancia y la Corte Suprema de EEUU acaba de decidir que no iba a tomar la apelación del caso, con lo cual el fallo quedó en firme y dictaminó que Argentina tiene que pagar.
Los montos en juego son importantes, ya que el caso de NML Elliottt que llegó a la Corte es por unos 1.400 millones de dólares, una cifra que rápidamente podría subir a 15.000 millones de dólares si se utiliza el mismo criterio para el resto de la deuda que aún se encuentra en default.
El gobierno está evaluando su respuesta ante el fallo adverso. No cumplirlo implica entrar en desacato de la justicia americana, y un nuevo default con las consecuencias negativas que tendría sobre el nivel de actividad, el empleo y la inversión. Negociar y pagarle a los holdouts puede ser visto como una capitulación ante ellos, lo que implica un costo político importante aunque tiene la recompensa de que bajaría el riesgo país, aumentaría el crédito externo y se preservaría el nivel de actividad.
¿Cuál es el costo financiero de acatar el fallo y pagar? Argentina le debería pagar unos 15.000 millones de dólares a los holdouts, un monto equivalente al 50% de las reservas, una cifra demasiado alta en el momento actual. Pero el juez Griesa abrió la puerta para una negociación con lo cual Argentina podría presentarse al juez y explicarle que las reservas han caído de 52.000 a 28.000 millones de dólares desde que se emitió el fallo original hasta ahora, con lo cual en la práctica ha habido un cambio material que le impide a la Argentina cumplir el fallo original.
El argumento sería que no es falta de voluntad sino falta de capacidad de poder pagar todo “al contado”. Este argumento podría abrir la puerta de una negociación para que Argentina pague en cuotas y de esa forma se evite el default.
Otra opción es no acatar el fallo de la justicia y simplemente decirles a los bonistas que entraron al canje que ahora no podrán recibir sus pagos de capital e intereses en Nueva York dado que la justicia no lo permite y que los mismos se van a hacer de ahora en más en la Argentina u ofrecerles canjearles los bonos emitidos bajo legislación Nueva York por otros de legislación argentina. En este caso Argentina entraría en default por razones técnicas, pero default al fin, ya que los bonistas no recibirían los pagos de acuerdo con las condiciones de emisión de los bonos, lo que implicaría importantes costos para la producción, el consumo y el empleo.
El gobierno argentino desde fines del año pasado viene haciendo esfuerzos para recomponer sus relaciones con los mercados financieros internacionales con el objetivo de atraer inversiones y tener acceso al crédito externo. En esa línea se encuentran los acuerdos para resolver los juicios del CIADI por unos 600 millones de dólares que le abriría la puerta para nuevos préstamos del Banco Mundial, el acuerdo con Repsol por la expropiación de YPF para atraer inversiones en el sector petrolero y en la explotación del shale gas en el yacimiento de Vaca Muerta, y más recientemente el acuerdo con el Club de París para el financiamiento de inversiones a tasas preferenciales por parte de las agencias de crédito de los países industrializados
El problema de los holdouts es hoy el eslabón más débil y el que falta para recomponer la cadena que le permita a la Argentina recomponer su situación con los mercados financieros y volver a los mercados voluntarios de deuda aprovechando las bajas tasas de interés que prevalecen en el mundo.
La economía argentina está pasando un momento difícil, ya que sufre una fuerte recesión, la inflación es muy elevada y este año superará el 30% anual, el riesgo país es muy alto y las reservas están en niveles muy bajos. Un default agravaría la situación económica y complicaría el panorama de las reservas mientras que una negociación con los holdouts abriría la puerta al crédito externo y facilitaría una recuperación económica. Las alternativas son claras, la decisión la sabremos muy pronto.
* Miguel Kiguel es economista, Director de la consultora Econviews, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. Twitter: @Kiguel

martes, 24 de junio de 2014

LA DERROTA, LA RENDICION Y EL CAMBIO

Cinco días. Ese fue el tiempo que le insumió a Cristina Fernández admitir una de las dos derrotas políticas no electorales más severas que sufrió en sus siete años de poder. Esa derrota derivó de la decisión de la Corte Suprema de EE.UU. de no querer lidiar con un litigio por la deuda externa argentina. Dejó vigente, de ese modo, el fallo del juez de primera instancia, Thomas Griesa, que dio la razón a los fondos buitre y condenó al Gobierno a pagar una cuenta que, por sus debilidades económicas, no está en condiciones de saldar. La Presidenta se asomó durante muchas horas al peligro de un default y ala incertidumbre sobre el final de su mandato.
Habría que reconocer que sólo la inminencia del abismo la detiene. Axel Kicillof, durante la prolongada duda, se lo hizo saber: “No hay otra salida que la de negociar”, repitió prudente cada vez que se encontró con ella. Carlos Zannini, el secretario Legal y Técnico, comulgó por una vez con el ministro de Economía. El otro episodio crucial sucedió en el 2008 cuando se consumó en el Congreso, con el rechazo de la resolución 125, el revés en el conflicto con el campo. Cristina, fogoneada por Néstor Kirchner, se propuso renunciar. Ambos frenaron cuando el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, persuadió: “Es una locura. Todo se derrumbará”.
También habría que reconocer la celeridad de la Presidenta para rehacer la historia. Hasta el jueves a la mañana estuvo cerrada a transar con los fondos buitre. Prevalecía en su ánimo el enojo por el revés judicial y el desafío imprudente de Griesa, al declarar que su conducta no le inspiraba confianza. Aquel enojo no tuvo que ver con ningún invento ni con una cuestión hormonal femenina, como ironizó en el acto del Día de la Bandera. Ella siempre fue y sigue siendo así: brama cuando la realidad le traza límites políticos.
Su negativa tuvo en vilo a todo el Gobierno y a una oposición quepareció flamear demasiado al compás de sus oscilaciones. Tanto fue el desvelo, que un ministro que no pertenece al círculo áulico pasó casi sin dormir la madrugada del jueves consultando a especialistas en el tema. Tratando de que alguna opinión calificada ayudara a convencer a Cristina que la única salida posible a la encrucijada era negociar.
Como ocurrió tantas veces, las decisiones de Estado se mezclaron de manera inconveniente con la política pequeña y la vulgaridad del kirchnerismo. Colaboraron para que eso pasara la palabra “extorsión”con que la Presidenta calificó por cadena nacional el fallo adverso de Griesa. O el insólito “no pasarán” contra los fondos buitre que disparó Kicillof en el Congreso. Cuando esos usureros, en verdad, habían pasado hacía rato.
Todo lo que hizo el ministro de Economía, en sentido contrario a una posible negociación, respondió a aplacar las destemplanzas de Cristina. Pero nunca dejó de hacerle un razonamiento breve que caló en el ánimo presidencial: “¿Cómo el Gobierno que levantó el default va a volver a entrar en default?” Cristina terminó aceptando en Rosario, recién el viernes por la tarde, que está dispuesta a cumplir con los bonistas que entraron en los canjes de la deuda.
Pero también con los fondos buitre.
Pidió a Griesa condiciones adecuadas para respetar ese compromiso.
Para muchos, tuvo casi el formato de una rendición.
Kicillof volvió a salir fortalecido en el interior del Gobierno. Tiene ahora peso político porque conduce la economía, aunque a esa economía no le vaya nada bien.
Esa situación del ministro, sin embargo, no alcanzaría para disimular la postura de fragilidad con que el Gobierno, en nombre de la Argentina, deberá presentarse ante Griesa y los fondos buitre.
Estos poseen una sentencia firme a su favor.
Aunque estén dispuestos a ceder, la suma final del posible arreglo se ubicaría más cerca de sus pretensiones que las del Gobierno, que tras pensar mucho tiempo en no pagarles propondría ahora quitas, bonos y algunas de las condiciones que aceptaron los bonistas voluntarios.
Sólo una notable impericia en la gestión y un pensamiento aldeano frente al inestable orden mundial podrían explicar esta dura realidad. Parece inconcebible que una nación que reestructuró desde su default US$ 144 mil millones se haya colocado en los umbrales de otra caída por US$ 1.300 millones y potenciales US$ 15 mil millones más. Resultaría todavía más inconcebible cuando se recuerda que en enero del 2006 Néstor Kirchner saldó de un plumazo, con reservas del Banco Central, US$ 10 mil millones que se adeudaban al Fondo Monetario Internacional y que no tenían vencimiento perentorio. La economía no sufrió por tal desprendimiento. El kirchnerismo utilizó para siempre ese gesto como la bandera política de un supuesto nuevo tiempo.
Una sobredosis de esa política pudo también haber empujado al Gobierno a la presente situación. El desendeudamiento como un dogma y el desorden del frente externo llevaron a la Presidenta a un consumo ilimitado de las reservas y de otras cajas del Estado. Arrancó el 2007 con US$ 52 mil millones en las arcas y hoy dispone de US$ 28 mil millones. Cuando el modelo comenzó a crujir se apresuró con los acuerdos en el CIADI, la compensación a Repsol por la expropiación de YPF y el pacto con el Club de París. Pero desatendió a los fondos buitre y quedó dependiendo de algún artilugio salvador de la Corte Suprema de EE.UU., que no llegó.
Aun partiendo del supuesto de que las instancias judiciales desfavorables a la Argentina hayan hecho prevalecer el lobby de las finanzas sobre el derecho, ocultado alguna intencionalidad política, o abierto incertidumbre sobre futuras reestructuraciones de deuda en el mundo, resultó sorprendente la inacción del Gobierno ante el pleito en desarrollo. Incluso se pavoneó con ese pleito meneándolo para quehaceres políticos internos.
“A los buitres ni un dólar”, dijo la propia mandataria. Hace doce años que Griesa sustancia el caso argentino. Nunca antes Cristina intentó hurgar una salida negociada.
Tal vez, porque la lectura acerca de lo que podía suceder resultó equivocada. También, porque descansó en un supuesto plazo que otorgaría el alto Tribunal que le hubiera permitido negociar desde una posición más cómoda. Sin la presión de los bonistas que aceptaron los canjes de la deuda, que ahora podrían encontrar un resquicio para reclamar nuevos resarcimientos si el Gobierno negocia el fallo de Griesa y satisface a los fondos buitre.
La Presidenta vaticinó un posible cimbronazo internacional a raíz de la derrota en la Justicia estadounidense, sin reparar en varias cosas.
A mediados de los 90, después de que Perú reestructuró su deuda, el fondo Elliott Management Associates, de Paul Singer, el mismo verdugo de la Argentina, inició una acción judicial contra el gobierno de Alberto Fujimori. Halló también en Nueva York un fallo favorable y otro desfavorable. Aunque logró, al final, un recurso de amparo que le permitió embargar las remesas que Fujimori giraba a los bonistas. El propio presidente decidió liquidar el problema pagando el total del reclamo de ese fondo buitre. Tampoco tuvo en cuenta que a partir de la experiencia argentina, al menos en Europa, se desarrolló una nueva ingeniería financiera en torno a la emisión de bonos. Grecia reordenó su deuda en el 2013, pero incluyó una cláusula que estipuló que a partir del 75% del reordenamiento ningún inversionista tenía derecho a una queja ulterior. Aquella presunta onda expansiva tampoco encontró, al menos hasta ahora, algún registro regional. Dos días después del fallo adverso para nuestro país de la Corte de EE.UU., Ecuador colocó un nuevo bono por US$ 2 mil millones de su deuda reestructurada (sin quita) en el 2008, a una tasa inferior al 8%.
La derrota de Cristina significa otra carga segura para la herencia que recibirá el gobierno que nazca en el 2015. A la negociación con los fondos buitre, cuyos resultados aún están por verse, deberá sumarse la compensación millonaria a Repsol y el abundante plan de pagos pactado con el Club de París. Pero aquel porrazo implica además eldesmembramiento de otro tramo del relato de época que supo usar como formidable herramienta política, sobre todo desde su victoria del 2011. Resultó grotesco el contraste entre una militancia movilizada bajo consignas sepias de tono bélico (“patria o buitres”) y el dócil –aunque sensato– mensaje presidencial que sirvió para alejar el temor del default.
El Gobierno cuidó esta vez que aquel fervor militante no contaminara sus orillas. El papel de Washington quedó bajo el fuego de los manifestantes, pero la Presidenta se encargó de preservar la figura de Barack Obama. Quizá, porque deba necesitarlo no bien se abra el diálogo con los fondos buitre. También, porque el jefe de la Casa Blanca resultó determinante para que la Argentina pudiera acordar con el Club de París. Sin la intervención del FMI. Fue en ese momento cuando Cristina cumplió la contraparte: envió a la Corte estadounidense una carta en la cual garantizó que el Gobierno acataría cualquier fallo.
Obama logró que la Procuración de su país enviara dos notas a la Corte, solidarias con la postura argentina. Pero, aún sin caer en candideces extremas, los poderes institucionales en EE.UU. se suelen manejar con razonable autonomía. Algo que el kirchnerismo jamás sería capaz de comprender.
Copyright Clarín 2014

lunes, 23 de junio de 2014

EL DIA QUE CRISTINA PUSO EN ORSAI A LA MILITANCIA


Ambas amanecieron soleadas y en las dos ciudades se movilizó la militancia. Los simpatizantes del oficialismo en Buenos Aires y Rosario hoy vivieron dos jornadas diametralmente distintas desde lo discursivo, a tan sólo 299 kilómetros. 
Bajo la consigna "Patria sí, buitres no" y "La Patria no se negocia", el conglomerado de agrupaciones de Unidos y Organizados -La Cámpora, Tupac Amaru, Nuevo Encuentro, Movimiento Evita, MILES, Actores por Cristina, entre otras- encaró en Buenos Aires una protesta ambiciosa, tanto por ser feriado, como por centrarse en dos lugares al mismo tiempo y por llevarse a cabo en simultáneo con el acto de Presidencia en Rosario el acto por el Día de la Bandera. 
Pasado el mediodía las concentraciones se repartieron entre el Cabildo de Buenos Aires, símbolo del inicio de la revolución independentista de 1810, y la Embajada de los Estados Unidos. Los líderes de las distintas agrupaciones también participaron de las distintas concentraciones:Juan CabandiéAndrés "Cuervo" Larroque y Milagro Sala dieron el presente y la jujeña brindó un encendido discurso frente a la embajada norteamericana. 
Cristina, en cambio, se mostró acompañada por Amado Boudou​, Florencio Randazzo, Héctor Timerman y Agustín Rossi. Ajena a la patriada militante porteña, la Presidente inició su discurso a las 15 horas -meditadamente después del partido en el que Costa Rica dio un doble batacazo al vencer a Italia y dejar afuera a Inglaterra del Mundial de Brasil- y, si bien todo parecía indicar que fogonearía el nacionalismo al que apela cada vez que se avecina un frente adverso, el tono del discurso no acompañó el mensaje
Los militantes de las distintas vertientes que nutren al kirchnerismo convocaron a la movilización a través de sus páginas y redes sociales. Incluso La Cámpora hizo un video que promocionaron en su sitio online con la consigna "No a los fondos buitres" y "Defendamos la patria". 
La confusión resultó lógica. En la Cadena Nacional del lunes, horas después de conocida la negativa de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos a tratar la cuestión Argentina, Cristina no brindó un mensaje claro y aseguró que no quiere ser extorsionada. El martes,Kicillof dijo que encomendaría a los representantes del país para que se reunan con Griesa, lo cual sucedió el miércoles. Ese mismo día, uno de los abogados argentinos afirmó que Argentina negociaría con los tenedores de bonos ante el Juez Federal de Nueva York. El jueves, Capitanich desmintió lo que el miércoles dijo el abogado luego de una reunión ordenada el martes por el ministro de Economía. Mientras tanto, la ciudad amaneció empapelada con afiches de "Equipo de Comunicación" y de "Nuevo Encuentro", aludiendo a los buitres, la soberanía y la Patria. 
Así las cosas, las protestas organizadas para el día de hoy buscaban formar un combo con el acto de Cristina: ella desde Rosario, los militantes desde el Cabildo y la Embajada de Estados Unidos. 
Sin embargo, los planes de Cristina resultaron distintos a los que, evidentemente, esperaban los seguidores kirchneristas. Y así sucedió que, mientras la militancia porteña vitoreaba que "la Patria no se negocia", Cristina dijo que se negociará con los buitres, aunque se cuidó de no llamarlos de este modo. Combativamente criticó a los holdouts y a la legislación norteamericana, pero pidió condiciones para negociar el pago
Por si no quedaba claro que la negociación es el camino elegido por "La Jefa" de la militancia, Cristina se preguntó "¿Quiénes son los que no quieren negociar? Los argentinos queremos negociar". Para disipar toda duda, aclaró que tiene la obligación de negociar porque es "una presidenta responsable".
A tan sólo 299 kilómetros de allí, en la Embajada de Estados Unidos, Milagro Sala instaba "a los gobiernos de la región a no claudicar frente a fallos judiciales de estas características que benefician a muy pocos y perjudican a muchos".
Pero Cristina la dejó en posición adelantada, al igual que a todos los que se movilizaron en contra de los fondos buitre y a favor de "no negociar la Patria".

domingo, 22 de junio de 2014

CAMPAGNOLI FRENTE AL PELOTON DE FUSILAMIENTO

DANIEL ADLER, REPRESENTANTE Y TITERE DE GARBO, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL
GILS GARBO LA CHIROLITA DE CRISTINA. SI LA VES PUTEALA

Por Jorge Lanata
Ninguna descripción fue mejor que la de Nicolás Wiñazki: Campagnoli parece el coronel Aureliano Buendía frente al pelotón del fusilamiento, dijo.
Y exactamente eso parecía Campagnoli esta semana, frente al Jury diseñado por la procuradora Gils Carbó. El martes 17 declaré como testigo en esa causa, y entendí, al trasponer la puerta, la decisión del Gobierno de prohibir el ingreso de cámaras y grabadoras y, aún más, de sustanciar el juicio durante el Mundial:todo el proceso es una trampa.
Declaré más de una hora frente a los siete jueces y dos fiscales: sólo me preguntaron por Campagnoli durante los primeros diez minutos; el resto del tiempo sus preocupaciones estuvieron centradas en otro lado: demostrar que la investigación sobre Lázaro Báez difundida enPeriodismo para Todos no tenía ninguna sustancia. Por eso estallé cuando el fiscal Adolfo Villate me preguntó, con sorna: “¿Usted chequeó y recontrachequeó esto?” . Se refería a una denuncia por extorsión hecha por Federico Elaskar, la misma que Campagnoli rescató del olvido de su archivo para comenzar la instrucción de la causa que le permitió, en veinte días, descubrir gran parte de la ruta del dinero K.
“Chequeo y recontrachequeo” es una marca registrada: son las palabras que usaron los “Cyber K” mil veces para desacreditarme. Me llamó la atención que Villate fuera tan obvio pero, a la vez, me enojó. Por eso hice un silencio y le dije, mirándolo a los ojos: –¿Qué se siente trabajar para Lázaro Báez?
Villate me interrumpió y le volví a preguntar: –¿Lázaro paga bien?
Esa misma tarde, en mi escritorio, entendería varias cosas con sólo revisar los antecedentes de los jueces y los fiscales. Pero, a los 53 años, había cometido un error de principiante: no haberlos conocido antes de ir a la audiencia. ¿Ingenuidad o falta de tiempo? No tiene sentido responder: las excusas no se televisan. Como siempre, la realidad superaba cualquier especulación: aunque suponía que todo aquello estaba armado para condenar a Campagnoli, nunca hubiera sospechado que algunos de los jueces fueran, en verdad, quienes deberían ir presos.
¿Quiénes dirán, en nombre del Estado, que Campagnoli es culpable? Lo que sigue está chequeado (y recontrachequeado): Daniel Adler es el representante de Gils Carbó, presidente del tribunal y miembro de Justicia Legítima. Fue denunciado por integrar una asociación ilícita formada por miembros de la Justicia Federal, del ministerio público fiscal, y por un abogado, todos reunidos para armar una causa penal por delitos de lesa humanidad contra Federico Hooft, juez federal de Mar del Plata. Hooft fue absuelto el 28 de abril pasado luego de un jury de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires por ocho votos contra dos; los hechos fueron los mismos que conforman la causa penal federal: no haber investigado las desapariciones de abogados marplatenses en la denominada “Noche de las corbatas”, en julio de 1977. Declarada la inocencia de Hooft, éste pidió que se investiguen los presuntos delitos de estafa procesal, falsedad ideológica, incumplimiento de los deberes de funcionario público y prevaricato en los que habrían participado los fiscales de Mar del Plata Daniel Adler, Pablo Larriera y Claudio Kishimoto; los fiscales de la Procuración General de la Nación Jorge Aguat, Pablo Parenti y Eugenia Montero; el juez federal Martín Bava y el abogado César Silvo. La denuncia estuvo acompañada por la grabación de una extensa conversación mantenida por uno de los hijos de Hooft con el fiscal Kishimoto, en la que el funcionario reconoce que la causa “es un gran verso”, y recuerda que, en una entrevista con el fiscal Aguat en la que Kishimoto se quejaba de las cosas que Adler le obligaba a hacer en el expediente, Aguat le dijo: “Mire, Adler nos es funcional y nos sirve”.
Ernesto Kreplak es el representante del Ejecutivo en el tribunal. La testigo Silvia Martínez, ex funcionaria de la Inspección General de Justicia (IGJ), lo denunció como responsable de ordenar a Norberto Berner, ex titular de la IGJ, no entregar documentación de Ciccone a la oposición y a los medios.
Kreplak es un militante de La Cámpora que controla desde 2012 la Subsecretaría de Coordinación y Control Registral, donde aterrizó de la mano del secretario de Justicia Julián Alvarez.
Como buen camporista, ahorra en dólares, desoyendo los pedidos de la Presidenta: a fines de 2012 declaró 51.304 dólares en una cuenta y 24 mil en efectivo, con lo que su patrimonio aumentó un 50% en un año. Está inscripto en un concurso para ser fiscal federal, por lo que los defensores de Campagnoli pidieron que no fuera miembro del tribunal, pero no se hizo lugar a la medida.
Rodolfo María Ojea Quintana es el representante del Senado en el tribunal.
No tiene una gran práctica en manejo de explosivos: el 25 de septiembre de 1972 estalló su domicilio en Vicente López como consecuencia de la manipulación de una bomba en la cocina de la casa. Falleció Alicia Camps, mientras que Graciela Imaz, mujer de Ojea, y sus hijos Tomas y Celina, fueron heridos por la onda expansiva.
Marcelo García Berro, ex fiscal del Tribunal Oral Federal, hijo de un miembro de la Cámara del Crimen durante la dictadura de Videla, fue denunciado por Horacio Verbitsky en “Hacer la Corte” por facilitar la morgue judicial al Ejército para realizar autopsias de personas asesinadas en falsos enfrentamientos durante la dictadura. La denuncia fue ratificada por el CELS. El ahora fiscal que participa del jury a Campagnoli fue procesado por el juez Hooft junto a diez policías y cuatro civiles acusados de participar en una amplia red de prostitución, encubrimiento y falso testimonio, en el marco de los asesinatos que la prensa local llamó “El caso del loco de la ruta”, donde más de veinte prostitutas aparecieron muertas en Mar del Plata. Pedro Hooft inició la investigación de tres casos. El procurador General de la Corte Suprema bonaerense, Matías de la Cruz, afirmó: “el fiscal García Berro tenía una vinculación casi pública con una de las desaparecidas, Verónica Chávez, y más tarde se comprobó que en su declaración judicial no había dicho toda la verdad.
Se constató también que había omitido detalles, según pudo comprobarse de entrecruzamientos telefónicos durante esos años con la gente a la que se pidió la detención”. García Berro adjudicó la acusación a su rol como fiscal en el Juicio por la Verdad, aunque su nombre aparece en el expediente desde el comienzo de la investigación, como “Marcelo”, Chevrolet Corsa 5187 Poder Judicial, y se comprobó por sistema Excalibur que llamaba al prostíbulo de La Perla con frecuencia.
Alejandra Isabel (se reserva el apellido) testigo de la causa, declaró que salió con García Berro por ser fiscal, y que en esas salidas ponía música hitlerista en el auto, le hablaba de droga, y en una oportunidad la amenazó con que le pasaría algo a sus hijos si no accedía a sus requerimientos.
Otra declaración, la de Claudia María M., del 29 de octubre de 1997, señala a García Berro como quien le pide para una fiesta dos prostitutas y dos travestis.
“Concretado el requerimiento, a los pocos minutos escucha gritos de una de las prostitutas, y cuando entra al cuarto donde se desarrollaba la fiesta ve a García Berro sangrando del pene, y exigiéndoles a las prostitutas y a los travestis que siguieran con sus trabajos”. En la historia clínica 15845 del Hospital Privado de la Comunidad de Mar del Plata, Marcelo García Berro presentó en fecha coincidente un diagnóstico por una enfermedad contagiosa y venérea llamada Histopapiloma Virus, y agrega que había abandonado el tratamiento por propia voluntad y sin curarse.
María Cristina Martínez Córdoba es la representante de la Defensoría General de la Nación.
Tiene escasos antecedentes en materia de derechos del menor y la familia, y su mayor actividad académica se desarrolló como profesora de lengua, pero quiso la magia judicial que ascendiera en el orden de un concurso para ser defensora de menores luego de haber quedado en cuarto lugar.
Como se ve, el grupo de tareas de Gils Carbó parece estar más cerca de ser condenado que de ser jueces. Algo lógico en un país donde el vicepresidente, esta semana, fue citado en indagatoria a declarar por tener un auto importado con papeles truchos.
Investigación: JL/María Eugenia Duffard/ Amelia Cole